Carlos Mateos Gil
Madrid, 16 ago .- El Athletic y el Leganés volverán a verse las caras en San Mamés, estadio de gran recuerdo para los blanquiazules porque fue allí donde sellaron la primera de las dos permanencias que encadenan en la máxima categoría del fútbol español.
Lograrlo en aquel escenario fue algo especial. No solo por la historia del mismo, que también, sino porque gran parte de la etapa gloriosa que están viviendo los madrileños desde hace un lustro tiene sus cimientos en Lezama.
Para encontrar el comienzo de la provechosa relación entre ambas entidades toca remontarse al verano previo a la campaña 2013-2014. En aquellas fechas se decidió apostar por Asier Garitano para el banquillo con el objetivo de escapar de la Segunda División B.
El ya ex entrenador del club, uno de los grandes artífices del sueño que se está viviendo en Butarque, había pasado como futbolista por la cantera del Athletic de Bilbao y conocía perfectamente el perfil que allí podía encontrar.
Por ello se fijó en Mikel Santamaría y Javier Eraso para reforzar el equipo. El primero de ellos, central, se había forjado en las inferiores del Osasuna antes de probar suerte en el Alfaro y en el Albacete. Pero antes de fichar por los manchegos estuvo en las filas del Bilbao Athletic.
De ellas llegó directamente Eraso, centrocampista que le demostró al conjunto vasco que la fórmula de enviar jugadores a Leganés funcionaba. Titular indiscutible en la temporada del ascenso a la categoría de plata y también el curso siguiente, acabaría emprendiendo el camino de vuelta con sus virtudes potenciadas y agradecido por la confianza que le habían dado. Desde entonces se convirtió al mismo tiempo en ejemplo y prescriptor.
La receta era sencilla. Garitano y la dirección deportiva elegían un jugador que les encajara en el proyecto, este preguntaba qué se iba a encontrar y en muchos de los casos acababa animándose a embarcarse en una nueva experiencia.
Fue así como en la 2014-2015 además de Santamaría y Eraso en la plantilla de Segunda estuvieron también Alain Eizmendi, Érik Morán y Jon Ander Serantes. De estos tres solo el último sigue en la entidad pero Morán la dejó en el pasado mercado de invierno después de retornar tras una aventura en el Zaragoza.
En la 2015-2016, la del ascenso a LaLiga Santander, la cifra de efectivos con pasado en Lezama aumentó pese a la salida de Santamaría, Morán y un Eraso que volvió a Bilbao para vestirse de rojiblanco con la satisfacción del deber cumplido.
Sin embargo siguieron el camino inverso Guillermo Fernández, Unai Albizua, Íñigo Ruiz de Galarreta y Unai Bustinza. Todos ellos, sumados a Serantes y Eizmendi, hacía un total de seis. Aquella pequeña 'familia' sería importante para alcanzar una cima a la que nunca antes se habían asomado los 'pepineros'.
Pese a ello no todos pudieron disfrutar de ese privilegio ya que tan solo Bustinza y Serantes siguieron en nómina. Al arquero, en cambio, le tocó vivir la cara amarga del fútbol en forma de lesión de gravedad. Urgía entonces buscar otro guardameta y fue así como en el periodo invernal aterrizó Iago Herrerín.
Este se ganó el cariño de la afición desde el primer día con sus actuaciones y muchos fueron los que se ilusionaban con su posible retorno este curso, pero la salida de Kepa rumbo al Chelsea cerró las puertas a esa opción.
Además de él en aquella campaña 2016-2017 se incorporaron el centrocampista Unai López, que había dejado muy buenas sensaciones en el filial meses antes, y de nuevo el mediocentro Érik Morán para jugar el tramo final.
Llegó entonces la 2017-2018, con su nueva permanencia y la semifinal de la Copa del Rey. Y de todo participó uno de los fichajes más esperados, el de Javier Eraso. Buscando más minutos tras no lograr asentarse como titular en el Athletic, el 'hijo pródigo' no dudó en volver cuando se le ofreció la posibilidad. Le esperaban con los brazos abiertos Bustinza, Serantes y Morán; quien acabó marchándose a Grecia en los primeros días del 2018.
La salida de Garitano meses atrás podía hacer pensar que el cordón umbilical se cortaría pero, lejos de romperse la relación, se han seguido dando pasos para afianzarla. Una vez más en los despachos se miró al Athletic y de nuevo se encontró una respuesta positiva con la llegada de Mikel Vesga.
El mediocentro es el último que ha emprendido el viaje con la idea de seguir creciendo y seducido por las buenas referencias de aquellos que un día hicieron también la maleta para conocer a ese equipo que apuesta por todos aquellos que saborearon Lezama y quieren foguearse fuera. Si la tradición continúa, pronto recibirá la llamada de otros como él preguntándole qué tal funciona el Leganés.