Carlos Mateos Gil,Madrid, 21 oct (EFE).- El Leganés anunció este lunes el final de la etapa de Mauricio Pellegrino al frente del equipo tras un comienzo de temporada en el que ha sumado sólo 2 puntos de 27 posibles y es colista de la Liga.,El técnico argentino abandona una entidad a la que llegó en el verano de 2018 tras recoger el testigo de un entrenador histórico para la misma como Asier Garitano, que llevó al equipo blanquiazul desde la Segunda División B a la máxima categoría del fútbol esp
Carlos Mateos Gil
Madrid, 21 oct .- El Leganés anunció este lunes el final de la etapa de Mauricio Pellegrino al frente del equipo tras un comienzo de temporada en el que ha sumado sólo 2 puntos de 27 posibles y es colista de la Liga.
El técnico argentino abandona una entidad a la que llegó en el verano de 2018 tras recoger el testigo de un entrenador histórico para la misma como Asier Garitano, que llevó al equipo blanquiazul desde la Segunda División B a la máxima categoría del fútbol español.
El destino ha querido que su predecesor en el cargo dirija ahora al Alavés, el último conjunto al que Pellegrino entrenó en España antes de llegar a Butarque. Esa resultó una buena experiencia en lo deportivo para él, ya que fue capaz de llevar al conjunto vasco a la final de la Copa del Rey.
Entre medias dispuso también de una oportunidad en la 'Premier League' inglesa al frente del Southampton, si bien acabó siendo despedido, al igual que le sucedió previamente a su paso por el Valencia.
Exjugador de equipos como el de Mestalla, el Liverpool o el Barcelona, fue también técnico en clubes argentinos y tiene una trayectoria profesional con luces y sombras en la que se ha caracterizado por una rigurosidad en el trabajo que ha conquistado a varios de sus futbolistas.
Es el caso, por ejemplo, del delantero Guido Carrillo y del lateral izquierdo Jonathan Silva, quienes actualmente estaban a sus órdenes en el Leganés y que se habían cruzado en su camino con anterioridad.
Esa fue una de las grandes aportaciones que deja el Flaco tras de sí, la de poder convencer para seguirle a futbolistas que a priori se encontraban fuera del alcance del club por su cartel y sus pretensiones económicas.
Fue sin duda algo clave en la primera de sus campañas, cuando el club madrileño afrontaba una importante reconstrucción. Tras firmar, Pellegrino trabajó codo con codo junto a la dirección deportiva y puso de su parte para construir el proyecto.
Sin embargo, como venía siendo habitual, la plantilla no se terminó de cerrar hasta los últimos días de mercado y eso fue uno de los factores que explicaron un mal comienzo de curso que ya provocó que se cuestionara al timonel.
Salió pese a todo a flote con un partido que ejerció como catalizador, el triunfo por 2-1 contra el Barcelona en la sexta jornada liguera. Más allá del estímulo que supuso lograr la primera victoria contra uno de los rivales aspirantes a todo, aquella cita fue esencial debido a que Pellegrino descubrió las buenas prestaciones que podía darle una línea defensiva con cinco hombres.
No había sido su dibujo más utilizado hasta ese momento durante su carrera, pero demostró flexibilidad y capacidad de adaptación, facultades que no siempre se encuentran en los profesionales de su gremio y que terminaron por convencer a los dirigentes de que la paciencia con él había merecido la pena.
Finalmente, el equipo logró salvar la categoría con menos apuros que en cursos anteriores y ambas partes no tardaron demasiado en ponerse de acuerdo para prolongar su vinculación pensando en un futuro prometedor.
Sellado ese aspecto, se convirtió en prioritario dar continuidad a lo que ya había. Así, se convenció a muchos integrantes del vestuario para que siguieran de una u otra manera. Y a ellos se sumaron refuerzos notables como el venezolano Roberto Rosales o el centrocampista Roque Mesa.
Faltaba que todo se acoplara para funcionar, a priori lo más sencillo teniendo en cuenta que ya se había conseguido meses atrás. Pero, al contrario de lo esperado, las expectativas se vinieron abajo.
Las derrotas en partidos en los que el Leganés mereció más, como el que jugó contra Osasuna, decisiones arbitrales que le perjudicaron, como sucedió ante el Valencia, e incluso una mezcla de ambas, como se vio frente al Levante, provocaron que los puntos no fueran parejos a los méritos. Ahora lo que se busca es alterar la dinámica con savia nueva.
Se va un técnico elegante en las formas y en el trato con los medios de comunicación, dispuesto a contestar a todo, discreto, serio y meticuloso, que cambió algunos aspectos metodológicos de la herencia recibida.
Tras de sí queda una estructura creada a su medida y a su forma de jugar a la que tendrá que adaptarse quien venga en el menor tiempo posible. No lo tendrá fácil, como tampoco lo será limpiar la mente de un plantel al que de momento no le salen las cosas, pero el Leganés ya sabe lo que es salir adelante en situaciones difíciles.