Casi un mes después. Eran las 18.35 horas del pasado 8 de marzo, el Leganés de Javier Aguirre, el colista de la competición, se presentaba en el Estadio de la Cerámica sin haber ganado en toda LaLiga Santander como visitante y Gerard Moreno, el '9' del Villarreal, ya había puesto el primero. El banquillo se mordía las uñas y entre ellos estaba Rubén Pérez, un chico de Écija que, desde su casa, nos cuenta para ElDesmarque cómo vive el confinamiento que detuvo la progresión pepinera.
"El parón no ha sido una bombona de oxígeno porque veníamos de ganar ante el Villarreal -el equipo consiguió remontar con dos goles de Óscar Rodríguez-, la victoria nos daba la confianza que no habíamos tenido hasta el momento, pero bueno, como siempre digo, ahora el deporte es secundario", nos explica en una paciente llamada telefónica.
El mediocampista de 30 años pasa los días en casa, sin su mujer, a la cual le pilló en Sevilla junto a sus hijas. "No lo llevo mal, estoy aquí en Madrid. Las echo de menos (a su mujer y a sus hijas). A mis padres también los echo de menos, pero bueno, dentro de la dificultad de un confinamiento, no lo llevo tan mal", nos cuenta.
El Leganés, uno de los clubes que más cuida sus redes sociales y más actividades propone día a día para pasar la cuarentena, no olvida el físico de sus jugadores y tal como nos explica Rubén Pérez, tienen un plan diario. "En general, hacemos trabajo todos los días. Hacemos un calentamiento con el preparador físico y luego cada uno tiene su trabajo específico. Todos tenemos cinta, bicicletas, pesas... Estamos todo el día liados. ¡No estamos de vacaciones!", apunta.
Como capitán, el sevillano admite la importancia de la llegada de Javier Aguirre al banquillo, un tipo "simpático, gracioso, alegre" que ha conseguido "que veamos que los días malos no son eternos". "El míster es una persona abierta, cercana, muy graciosa, tal y como lo veis. En situaciones así, se agradece encontrarse una persona como Aguirre. Siempre le gusta crear buen ambiente, que la gente no piense en lo negativo. En general, hablamos poco de fútbol. Le gusta disfrutar de la gente, como véis, él intenta hacer que los días y las malas rachas sean menos".
A pesar de la habitual moda de cultura seriéfila, Rubén Pérez nos admite que no es aficionado a la televisión, pero que el poco tiempo que tiene libre ahora sí lo aprovecha para ver una serie.
"Ahora estoy viendo Vivir sin permiso. No soy mucho de televisión, pero como tenemos alguna tarde libre, veo alguna serie", nos cuenta admitiendo que "aún me quedan muchas por ver, fíjate en los días que llevamos apenas he llegado al tercer o cuarto capítulo de la segunda temporada de Vivir sin permiso".
Para cerrar el capítulo, Rubén Pérez anima a la afición a seguir creyendo en la salvación, porque "aunque siempre digo lo mismo, ellos saben que ahora les necesitamos más que nunca".
Como también necesita el país que todos permanezcamos en casa. "La gente ahora parece estar más concienciada. Le mando mi apoyo a todos los que estén en hospitales por este virus. Todos juntos lo superaremos".
A pesar de saber que no será fácil, el capitán pepinero tiene claro su deseo post-cuarente: "Poder ir pronto a comer con mis familiares, con mis hijas, con mis padres, con mi mujer... Pero imagino que esto no será tan fácil".