La cara de Yoel cuando fue presentado como nuevo jugador del Valencia era un poema. Empujado por la directiva, el portero abandonó el Celta lleno de tristeza, tanta que estuvo a punto de tomar una decisión desesperada.
En una entrevista concedida a los compañeros de Unión Rayo, el vigués se sinceró y desveló un secreto. "No lo pasé nada bien al principio. Me costó un montón adaptarme. Alejarte del equipo dónde llevas tanto tiempo luchando, cuesta. Tuve días en que pensé en mandarlo todo a paseo y poder disfrutar. Estar lejos de tu gente te hace pensar mucho", explicó.
Fichar por un club grande como el Valencia no fue motivo suficiente para hacerle cambiar de opinión. "Que se fijen en ti es un orgulloso. Al final siempre llegas a la misma conclusión: hay que dar un salto en tu carrera para seguir progresando. Si te conformas con lo que tienes nunca estarás contento contigo mismo. Todo el mundo que me conoce, y los que no también, saben que me fui muy triste de Vigo porque incluso el día que me fui estuve viendo a mis compañeros en Barreiro y se me veía en la cara que no era el hombre más feliz del mundo", declaró el guardameta.
Con este relato, normal que Yoel aproveche la más mínima ocasión para regresar a su Vigo natal. "Cada vez que hay un parón voy a casa. Cuando llegó la hora de regresar ya notó en el cuerpo la tristeza de tener que regresar. Lo que más me cuesta es con la familia. Los gallegos somos muy morriñosos. Parece que estás deseando tener un par de días libres para volver a casa", apuntó.
Reencuentro con Trashorras
Uno de los episodios más tristes del guardameta con el Celta fue un encuentro contra el Villarreal B en el que se fue corriendo hasta el centro del campo para recriminarle a Trashorras que no bajase a defender una jugada que acabó en gol. Así recuerda este episodio con su actual compañero en el Rayo. "Fue más por la confianza que tenía con Rober (Trashorras). Para nada me llevaba mal con él. Cuando acabó el partido parecía que yo iba a por él, pero ni mucho menos. Le estaba diciendo al utillero, que me estaba agarrando, que me dejase salir cuanto antes que quedé como un gilipollas. Fue un fallo grave mío, sobre todo por la imagen que le puedes dar a los niños, que se fijan mucho en estas cosas", comentó el vigués.
Para evidenciar la buena relación que existe entre ambos, Yoel explicó que "fue Rober el que me vino a buscar para enseñarme las instalaciones del Rayo y presentarme a los compañeros. Es una ventaja contar con un amigo en el vestuario", relató.