El Celta volvió a dar señales de vida en la Liga, sin sus estrellas, las segundas lanzas de los de Berizzo agradaron a una afición ávida por ver de nuevo a los suyos recuperar su mejor fútbol, el que ellos se enorgullecen en llamar 'Fútbol de Salón', volvieron los aplausos a Balaídos, si es que alguna vez se habían ido. El Celta vuelve a creer en esta competición.
Berizzo cumplió su mensaje y optó por apostarlo todo a la Liga, el Celta salía al nuevo campo de Balaídos con todo el arsenal disponible, solo Guidetti se quedaba en el banco, enfrente un Sevilla que si pudo mover más piezas y a pesar de ello mantener un bloque temible.
Los primeros minutos sirvieron para pulsar el estado de ambos equipos tras la batalla de Sevilla, leves intentonas por adelantarse en el marcador, el Celta tenía la pelota y el Sevilla buscaba hacer daño con su juego aéreo, a medida que pasaban los minutos los de Berizzo se fueron adueñando de la posesión, no le importaba a Emery que había proyectado en su cabeza este tipo de partido.
El Celta lo intentó un par de veces desde lejos, pero sus disparos se fueron desviados por poco, mientras Sergio Rico retenía la pelota todo lo que podía para enfado de la parroquia celeste. Corría el minuto 24 cuando una falta grosera e innecesaria de Fazio le mandaba al vestuario, Velasco Carballo no lo dudo y el argentino en su 'redebut' con los hispalenses sólo aguantaba media parte en el campo.
Con uno más el Celta se hizo dueño de la pelota, pero la lentitud con la que se circulaba el balón hacía que el Sevilla apenas sufriese. La ausencia de Orellana y Nolito debilita y mucho al ataque celeste. Pasaban los minutos y el Celta era incapaz de inquietar a un Sergio Rico que seguía perdiendo todo el tiempo posible hasta que Velasco le advirtió de su comportamiento.
Pero como el jueves en la Copa, el Sevilla supo golpear con la precisión de un cirujano, a falta de 3 minutos para el descanso Carriço anotaba el 0-1 en un barullo tras el saque de un córner, el gol volvió a llegar en el peor momento posible para la frágil moral celeste. Con ese tanto se iban los dos equipos al vestuario.
La segunda parte comenzó con un Celta con ganas de remontar, ese hombre menos se tendría que acabar notando y los de Berizzo aumentaron un par de marchas su juego. Beauvue falló la primera que tuvo, después N´Zonzi llevó el miedo a Balaídos con un cabezazo al palo, pero dos minutos después Beuavue no perdonaba y culminaba un centro raso de Wass desde el lateral diestro para llevar la igualada al partido.
Pocos minutos antes, Berizzo había decidido apostar por el 'Chelo Díaz' y Guidetti por Radoja y Jonny. Tras el empate el Celta siguió volcado e intentando hacer mucho daño por las bandas. Las ocasiones se sucedían a cada minuto, y Sergio Rico por fin vio la tarjeta amarilla por perder tiempo. La entrada de Marcelo Díaz estaba dando un nuevo aire al equipo, si el Celta quiere seguir soñando con Europa el trabajo del chileno va a ser fundamental.
El Sevilla buscaba perder tiempo de todas las formas posibles, aprovechando contactos, saques de banda, el Celta bombardeaba el área hispalense pero ya no lograba hacer tanto daño como en los primeros 15 minutos de la segunda mitad. Los de Emery iban descontando minutos a un reloj que corría demasiado rápido para el Celta. Lo intentó el Celta hasta el final, no desfalleció en el esfuerzo pero enfrente estaba un equipo que sabía como jugar en estas situaciones.
Mucha experiencia la de los sevillanos que supieron aguantar el empate sin sufrir demasiado, el Celta seguía persiguiendo un gol que le diese los tres puntos, lo rozó en algún momento, pero se dio de bruces ante los gigantes andaluces. No se consiguió la victoria, pero si se recuperó el orgullo herido, y sobre todo se vio que Beauvue y Marcelo van a ser importantes en este equipo.