Más de un 70% de posesión no fue suficiente

Las bajas se notan, y mucho, si hace unos meses se le preguntaba a cualquier aficionado del Celta quienes eran sus mejores hombres la mayoría de contestaría, Nolito, Orellana, Augusto Fernández y Krohn-Dehli. Este domingo sobre el nuevo césped de Balaídos sólo había uno de estos nombres sobre el campo y con la camiseta de rival.

Sólo así se puede entender que el Celta no se llevase la victoria ante un Sevilla con un hombre menos durante 70 minutos. Los números del partido son apabullantes, el Celta tiene un 74% de la posesión de la pelota, ejecuta un total de 695 pases por los míseros 254 del Sevilla. En el aspecto atacante los celestes rematan hasta 25 veces, un tiro cada tres minutos y medio, aunque a puerta sólo fuesen 5. 
Tal fue el dominio del Celta que hasta llegó a disfrutar de 10 corners a favor por los 5 de los hispalenses, este dato es muy revelador del poder aéreo de uno y otro equipo, el Celta en esos 10 corners apenas inquietó a Sergio Rico, mientras que con la mitad de oportunidades el Sevilla anotó su gol en una jugada de córner por medio de Carriço tras el mal despeje de Beauvue ante la no salida de Sergio Álvarez.
El Celta sólo perdió 56 balones en el encuentro, por los 73 de un Sevilla que por momentos se vio desarbolado, a pesar del planteamiento conservador de Unai Emery.
A nivel individual Cabral con 14 recuperaciones y 6 despejes fue el defensa más solvente, en la construcción de juego el 'Tucu' Hernández dio 86 pases, Cabral 80 y Planas 79, mientras que en el Sevilla su mejor pasador fue Krohn-Dehli con 27.
El danés volvió a ser el pulmón del Sevilla, como solía suceder en Vigo, con un total de 12, 14 kilómetros recorridos en el partido, en el Celta fue Pablo Hernández el más trotón con casi 12.
Casi todas la estadísticas favorecen a un Celta que sin la magia de sus estrellas se convierte en un equipo del montón, un equipo que trabaja, lucha y lo intenta pero que carece de las armas necesarias para imponerse a equipos del calibre del Sevilla.