Lección de equipo grande en El Molinón
La clasificación matemática a Europa no es matemática, pero ya es un hecho. En un partido jugado como un equipo grande, el Celta venció con toda justicia por la mínima a un Sporting que no supo encontrar respuesta al plan vigués. Con once puntos de ventaja sobre el octavo a falta de dieciocho, la afición celeste ya piensa en sus viajes por el viejo continente.
Con tres cambios con respecto al derbi gallego, Berizzo buscó hacer daño por la banda derecha asturiana, donde Vranjes sufrió por las constantes internadas de Nolito y Planas. De inicio, Iago Aspas actuó de mediapunta, pero el experimento apenas duró unos minutos. Se esperaba un arreón inicial de los locales, pero no fue así. El Sporting estuvo a merced del Celta en el primer tiempo y apenas tuvo la posesión de balón. La presión adelantada que planteó Abelardo no surtió efecto. Con el equipo vigués mandando, pronto llegó la primera oportunidad. Guidetti le pone un pase perfecto a Nolito, que, en el punto penalti, dispara fuera.
La poca movilidad de los jugadores sin balón hacía que las defensas se impusiesen a los ataques hasta que Orellana asumió el mando y comenzó a marcar las diferencias al filo de la media hora de juego. El chileno empezó a hacer diabluras a la espalda del doble pivote sportinguista. Sin embargo, los pases del mediapunta no terminaron en buenos remates de Iago Aspas, que no estuvo fino en la definición. Más entonado estaba Nolito, que también hacía daño con sus diagonales. Pese a no dar señales de vida en ataque, el cuadro asturiano tuvo una ocasión clarísima antes del descanso. Centro de Jony al área y Sanabria, solo en el punto de penalti, cabecea alto.
El guion fue el mismo tras el paso por los vestuarios. Mandaban los celestes y los rojiblancos aguantaban y salían al contragolpe. Avisó a Guidetti con un disparo al filo de la línea que pegó en el poste. Esa jugada debió ser anulada porque el sueco controló el balón cuando ya había salido del césped. Respondió el Sporting con un centro de Pablo Pérez que a punto estuvo de rematar Sanabria en el segundo palo. Y tras varias intentos, Nolito fue el primero en abrir la lata. En el minuto 63, el extremo recibe en el lateral del área, amaga hacia el centro y saca un tiro que entra pegado al primer palo. Cuellar no se esperaba que el sanluqueño la pusiese en ese lado.
Nula reacción local
El tanto fue un mazazo para los locales, que seguían a merced de un rival que reforzó el centro del campo con Pablo Hernández. El Celta mandaba en el juego y en el marcador y seguía buscando el segundo tanto. En el minuto 73, un chut de Radoja salió rozando el poste. Defensivamente, los de Berizzo seguían sin cometer errores y el doble pivote Radoja-Wass esta vez sí que funcionó. Los cambios de Abelardo no surtieron demasiado efecto, aunque Ndi rozó el larguero con un testarazo a centro de Luis Hernández. El equipo asturiano fue un quiero y no puedo ante un club que jugó como un grande.