Ocho años después de su último partido, regresó a los campos la selección de Galicia y lo hizo para juntar a una de las mejores generaciones de jugadores de su historia.
Bajo el mando de Fran y Míchel Salgado, dos auténticas leyendas del fútbol gallego, la 'irmandiña' formó de inicio en un 4-3-3 en el que Mallo y Bergantiños ejercieron de centrales, Rico y Denis acompañaron a Mosquera en el centro del campo y el ataque quedó para Aspas, Lucas y Jota.
Ante una Venezuela que estrenaba técnico y contaba con una 'selección B' al no estar aún citados sus futbolistas más importantes (Rondón, Rosales, Juanpi, Peñaranda...), Galicia se hizo desde el primer minuto con el mando del esférico e hizo las delicias del público con un fútbol de posesión y combinaciones continuas a pocos toques. Solo Rómulo Otero, el '10' de la Vinotinto, opuso resistencia y aprovechó los pocos balones que recibió para mostrarse como un futbolista de gran nivel técnico: después de dos buenas jugadas individuales,obligó a Sergio a hacer una gran estirada en un libre directo.
Cumplido el cuarto de hora empezó a aparecer la conexión mas esperada, Aspas | Lucas. Tras un gran pase del moañés, el coruñés dispuso de su primera oportunidad de gol pero el disparo se le fue por fuera. Desde ese momento se buscaron siempre, pero faltó una pizca de fortuna y precisión. Cuando Denis empezaba a gustarse, dando un recital, siendo de lo mejor de Galicia en la primera mitad llegó el 1-0, Jota probó fortuna desde fuera del área y tras el despeje de Faríñez la pelota le quedó muerta a Aspas que marcó a placer. Este era su primer gol en Riazor, por algo se empieza seguro que pensó el celeste.
En el descanso Fran y Michel realizaron los primeros cambios dando entrada a Mariño, Juan Domínguez y Joselu por Sergio, Fran Rico y Jota. Y precisamente tras un buen pase de Joselu, que se colocó como la principal referencia ofensiva dejando los costados para Aspas y Lucas, estuvo a punto de llegar el segundo tanto. Joselú arracó con fuerza y asistió a Aspas que con un gran remate colocó la pelota en el poste.
Aunque a menor ritmo, continuó el dominio local con Iago y Lucas buscando decididamente el gol. Llegaría en el 74' con una gran combinación entre ambos que envió a la red el del Dépor, pero el línea levantó el banderín por fuera de juego.
Con Pape Cheikh y Alende como últimas modificaciones -Falque se quedó sin jugar-, disminuyó aún más la velocidad de juego y se estiró un poco Venezuela, pero solo Kouffati probó a Mariño con dos disparos lejanos que no pusieron en aprietos al meta.
Cuando el partido ya parecía prácticamente terminado, un despiste defensivo acabó en el gol del empate: tras un choque con Mariño, el balón le quedó muerto a Martínez y lo empujó a puerta vacía para salvar el honor de la Vinotinto.
Aún así, Galicia exhibió que su fútbol goza de una fantástica salud actualmente y el partido fue lo que tenía que ser: una auténtica fiesta. Que no haya que esperar otros ocho años.