El 23 de mayo de 2012, el Celta jugaba un partido fundamental contra el Xerez en la lucha por el ascenso a Primera. El equipo vigués debía vencer a un rival que no se jugaba nada para mantener el segundo puesto a falta de tres jornadas para el final.
Al ser un encuentro entre semana, solo pudieron acudir a Balaídos 13.099 espectadores. El comienzo del choque no pudo ser peor para los celestes. Sergio derribó a Maldonado dentro del área y el colegiado Arcediano Monescillo señaló penalti y expulsión. Paco Herrera se vio obligado a quitar a Bermejo para meter a Yoel. Mendoza no falló la pena máxima y puso el 0-1 en el marcador en el minuto 10.
En vez de venirse abajo, el Celta se mostró ambicioso con el apoyo incondicional de una afición que parecía por sus gritos que llenaba Balaídos. Tras varias oportunidades de uno y otro equipo, Iago Aspas recibe un excelente pase de Toni y bate a Toni Lechuga. Con el empate en el marcador se llegó al descanso. Al poco de iniciarse el segundo tiempo, el portero visitante derribó al chileno. El árbitro señaló penalti y expulsó por doble amarilla a Toni Lechuga. Iago Aspas no falló desde los once metros.
El tanto del delantero desató la locura en el estadio vigués, aunque la incertidumbre duró hasta el minuto 81. Un zapatazo de Álex López desde 30 metros entró pegado al poste de la portería visitante. Para culminar la fiesta, Orellana hizo el definitivo 4-1. Buena parte del celtismo considera que este partido fue donde se consumó el ascenso a Primera, aunque hubo que esperar dos semanas para ello.
Aquella tarde soleada de mayo jugaron por el Celta: Sergio; Hugo Mallo, Oier, Túñez, Roberto Lago (Bellvís, min.70); Alex López, Borja Oubiña; Toni, Bermejo (Yoel Rodríguez, min.9), Orellana; Iago Aspas (Natxo Insa, min.73).