El 24 de junio de 2001 el Celta tenía que defender en el Camp Nou el 3-1 de la ida para meterse en su tercera final de la Copa del Rey. A pesar del buen resultado cosechado en Balaídos, el Barcelona era un duro rival.
Nada más iniciarse el choque, el club vigués dio un 'golpe mortal' a su rival. Una falta botada por Mostovoi la cabeceó a la red Berizzo, que ya había marcado en el partido de ida. La euforia celeste apenas duró dos minutos. Una mala cesión de Yago a Cavallero la aprovechaba Kluivert para poner el empate. La locura inicial pronto se convirtió en calma tensa, sobre toda para el Barça, que no era capaz de poner en aprietos al Celta.
En la segunda mitad, Rexach movió rápido su banquillo y los culés mejoraron con la entrada de De la Peña. Un remate de Guardiola al larguero puso el corazón en un puño a la afición celeste. Sin embargo, ese fallo hizo que el conjunto blaugrana tirase la toalla. La única mala noticia para el cuadro vigués fue la expulsión de Jesuli, que se marchó del césped entre lágrimas. Esa tarjeta roja le costaba al sevillano la final de Copa del Rey en su ciudad natal. El pitido final de Fernández Marín supuso el inicio de la fiesta en Plaza América y en el césped del Camp Nou. Mientras, la afición del Barcelona despedía a Pep Guardiola, que disputaba su último partido con la camiseta blaugrana.
Estos fueron los futbolistas del Celta que disputaron un partido histórico: Cavallero; Coira, Berizzo, Yago, Juanfran; Jayo, Giovanella; Karpin (McCarthy, m.82), Mostovoi, Jesuli; y Catanha (Edú, m.59). El Zaragoza esperaba en la final siete días después.