Es Noticia
Celta de Vigo
1-3
Real Zaragoza

Se cumplen 15 años de la debacle en el 'Olímpico de Sevilla'

Alberto Bravo

El 30 de junio de 2001 el celtismo se relamía las manos, volvía por tercera vez a una final de Copa del Rey, pero esta vez era distinto. El Celta era favorito, enfrente un Zaragoza que se había salvado del descenso directo en la última jornada liguera con un empate ante el Celta en la Romadera. Esas tablas se consideraban en Vigo una especie de favor, para ti la permanencia para mi la Copa, se llegó a pensar. Nada más lejos de la realidad, esta final se recuerda con amargura, y el paso de los años no ha cambiado esa sensación, como sí ha pasado con la final de 1994.

El partido empezó cumpliendo el guión que se presumía, Mostovoi fabricó una gran jugada personal, el ruso llegó ante la frontal, quebró con la derecha a los dos defensas que le salieron al paso, se quedó sólo ante el meta Laínez y le batió en su salida para poner el 1-0 en el marcador. Pero el Celta cometió un error que sería fatal, tras el tanto regaló la pelota a los maños. Vellisca hacía daño desde su banda, Velasco sufría pero el gol del empate llegó desde la otra banda. Una falta botada por el Toro Acuña es cabeceado por Aguado en el minuto 23 logrando batir a Cavallero. Era el 1-1, el partido volvía a empezar. Siguió dominando un Zaragoza que ya no se sentía inferior, y la remontada llegó tras un penalti cometido por Berizzo, el actual técnico del Celta. Jamelli colocó la pelota en el palo derecho de un Cavallero que nada pudo hacer. De esta forma se terminaba la primera mitad, donde los celestes sólo habían disparado una vez, la del tanto de Mostovoi, a puerta.
La segunda mitad comenzó con polémica, García-Aranda negó un claro penalti de Acuña sobre Juanfran, que mostró amarilla al valenciano por simulación. Aún así los de Víctor Fernández siguieron buscando el gol con ahínco, metiendo una presión continua sobre un Zaragoza que se defendía con uñas y dientes, sin atreverse a pasar al ataque. En el minuto 60 Catanha cabeceaba el cuero por encima del travesaño, en un aviso de que el partido, tenia ahora neto color vigués. Poco después el portero zaragocista, Laínez, se comía un centro sobre Catanha que el hispano-brasileño, muy forzado, no pudo concretar.
De nuevo Mostovoi en el minuto 68 tuvo el empate en sus botas, pero cuando lo más fácil era anotar el gol, el genial ruso mandó alta la pelota. A partir de ahí el Celta entró en barrena, el calor, la presión, las ansiedad por lograr su primer título hicieron mella en los jugadores. El Zaragoza al contraataque pudo ampliar su ventaja en dos ocasiones, en piés de Yordi y José Ignacio, aunque supo amarrar definitivamente el resultado con Yordi como protagonista, para que el título, quinto que conquistaban los maños en esta competición, viajara a orillas del Ebro.
 

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar