Veinte buenos minutos llegaron a un Celta que notó en exceso el trabajo de la pretemporada. Enfrente un Valladolid que se adelantó gracias a un nuevo error en el balón parado, pero que apenas ofreció nada más salvo por algún error individual de los de Berizzo. Naranjo y Bongonda fueron de lo mejor de un anodino encuentro que sirvió para ver el debut de Roncaglia con la elástica celeste.
Berizzo apostaba por un once donde mezcló a titulares con suplentes y canteranos. Rubén Blanco ocupaba la meta. La defensa estaba conformada por Mallo, Costas, Sergi Gómez y Planas. Un mediocampo muy ligero con Wass, Pape y Brais, en ataque Guidetti, Aspas y Naranjo. La primera mitad fue sin lugar a dudas los peores minutos del equipo en toda la pretemporada, el ritmo cansino se debía al calor que azotaba Melgaço, lo que hizo que a falta de 10 minutos del final de este primer tiempo los jugadores parasen a beber agua.
Salió mejor el Celta, pero sin generar peligro, el Valladolid esperaba cómodamente atrás sin precipitarse. Naranjo era el único que era capaz de ofrecer una punta de velocidad distinta, pero fueron los pucelanos los que se adelantaron en el marcador gracias a un córner muy mal defendido por los de Berizzo. Era el minuto 12 y Mata remataba a placer con la cabeza dentro del área pequeña. Como ante el Lugo el Celta se desangraba a balón parado.
Tras el tanto el Celta volvió a mandar en el juego, pero la falta de ideas lastraba el juego vigués, aunque Pape iba entonándose poco a poco, en ese momento el árbitro mandó parar el choque para hidratarse. En el 42 un error de Wass le pudo costar un disgusto al Celta, el danés se durmió y perdió la pelota en línea de tres cuartos pucelana, pero Sergi atajó el peligro.
La segunda mitad trajo a otro Celta, Sergio en la portería. Mallo, Cabral, Roncaglia; que debutaba esta tarde; y Jonny en defensa, que puede ser perfectamente la zaga titular esta temporada. Wass más libre con la entrada de Marcelo Díaz, Señe, Drazic y Bongonda eran los mediaspuntas mientras que el santiagués Borja Iglesias ocupa el puesto de ariete. Con mayor control en mediocampo el Celta empezó a jugar con dos o tres marchas más. Bongonda se estaba convirtiendo en un quebradero de cabeza para el Valladolid. Y en el minuto 50, de jugada personal, logró el empate.
Rozando el minuto 71 Señé lograba culminar la remontada, antes Drazic había mostrado de nuevo sus pequeñas píldoras de calidad con una vaselina y un remate desde fuera del área. El catalán centra, la pelota toca en un defensa y Pau Torres se come el gol. Tras el gol, los de Berizzo se dedicaron a controlar el partido, el calor no dejaba otra opción y fueron pasando plácidamente los minutos hasta que el colegiado señaló el final del encuentro. Al Celta le valieron 20 buenos minutos para vencer en su cuarto amistoso de la pretemporada, ahora toca pensar en Italia.