Un punto que sabe a muy poco

Doce años después, el Celta logra un empate a cero en un partido en Primera División en un encuentro donde gozó de numerosas ocasiones para marcar. Otra jornada más, el equipo vigués demostró una preocupante falta de pegada ante un pobre Osasuna, que tuvo al portero Mario como su mejor jugador. Un punto de doce posibles para los de Berizzo.

Con los dos equipos renunciando al centro del campo, el partido fue trabado al inicio y con pocos espacios para realizar buenas combinaciones. Poco a poco, los celestes se hicieron con el control del encuentro e impusieron su teórica superioridad ante un rival inoperante en ataque y con bastantes desajustes defensivos a pesar de su defensa de cinco. Mediado el primer tiempo, llegó la primera ocasión. Una falta lejana de Wass pegó en el travesaño. Fue el primer aviso después de varios ataques frustrados por fueras de juego al límite.
Esa oportunidad metió el miedo a Osasuna e hizo que el Celta disputase sus mejores minutos. Antes del descanso, dio dos avisos. El primero, un remate de Iago Aspas desde la frontal que pegó en David García y salió fuera por poco. La segunda, un gol anulado a Guidetti. El sueco estaba en posición ilegal cuando recogió el balón que pegó en el poste tras una gran intervención de Mario a un cabezazo de Cabral. 
La dinámica no cambió en el segundo tiempo. Al poco de empezar, un centro de Señé desde la banda derecha no lo remata por poco Guidetti en el segundo tiempo. El sueco, algo pasado de peso, le dio la mañana a los centrales del conjunto rojillo con su ímpetu en los choques. A la hora de encuentro, Iago Aspas cayó dentro del área tras un encontronazo con De las Cuevas. La jugada deja muchas dudas, aunque el contacto existe y el delantero se volvió loco reclamando la pena máxima.

Cambios de manual

Viendo la falta de acierto en el remate, Berizzo dio entrada a Giuseppe Rossi. Su primer tiro lo desvió Mario a córner. El guardameta local seguía acumulando paradas mientras Sergio estaba inédito. Los cambios no daban resultado en Osasuna, que estaba a merced del cuadro vigués, sin embargo el cansancio empezaba a hacer mella en los jugadores celestes. Eso lo aprovecharon los rojillos para adelantar líneas, aunque con escasa pegada. Cuando todo conducía el empate, una falta botada por Iago Aspas se estrelló en el travesaño. Fue la última ocasión del Celta y la segunda que pegó en el larguero.
 

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