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Las notas del empate ante Las Palmas

Alberto Bravo

Sorprendente y doloroso empate del Celta en el Estadio Gran Canaria. Con todo hecho en la primera mitad, una goleada por 0-3, los de Berizzo se hundieron en la segunda parte. La remontada comenzó con una cantada de Sergio Álvarez que aprovechó Bigas con un flojo remate de cabeza. Sergi Gómez, minutos después, acabó expulsado con un penalti sobre Boateng, el 2-3 llevo a los celestes a un estado de shock que permitió el empate del alemán. Estas son las notas de los jugadores del Celta.

 
(2) Sergio Álvarez: si en el último minuto de la primera mitad salvó la única ocasión de los locales su cantada en la segunda permitió su remontada. Su penosa salida en la falta no es una novedad en un portero que en cada partido se muestra inseguro, algo que notan sus defensas. Probar a Rubén o salir al mercado invernal deben ser opciones que contemple el Celta
(5) Mallo: su temprana tarjeta no condicionó su partido en defensa. Seguro atrás y sin posesión de su equipo apenas apareció en ataque. Fue el celeste, con el Tucu que más balones interceptó con cinco.
(6) Cabral: sostuvo la defensa cuando más lo necesitó el equipo. Líder en despejes con seis y en entradas con siete. Su presencia es fundamental, aporta seguridad y veteranía.
(4) Sergi Gómez: dos acciones muy rigurosas lo mandaron a los vestuarios. Su primera tarjeta es evitable, aunque llega algo tarde pero en la acción del penalti, que parece fuera del área la amarilla es excesiva. Segundo partido que acaba expulsado, deberá reflexionar el porqué de tantas tarjetas.
(6) Roncaglia: al igual que su compatriota Cabral de lo mejor del Celta en defensa. Su banda no sufrió, seis entradas con éxito, cinco intercepciones y tres despejes. Necesita sumarse un poco al ataque. 
(5) Radoja: sin posesión sufrió el serbio. No tuvo incidencia en la construcción del equipo. 16 pases en 90 minutos es una cifra paupérrima, se tuvo que emplear en tareas defensivas. Mejor con el Tucu a su lado.
(5) Pablo Hernández: cinco robos, una cantidad de kilómetros detrás del balón. Lucha y entrega marcadas por su grosero error que hubiese supuesto el 1-4. Falló lo imposible, un tanto que hubiese abortado la remontada canaria.
(5) Wass: abrió el marcador con una falta en la que se mezcló la pillería con la suerte. Como el resto de sus compañeros sin presencia en la construcción y ya en banda derecha apenas pudo hacer nada en ataque.
(6) Orellana: su presencia había sido nula hasta el genial pase del tercer gol. Su calidad desequilibra partidos y rompe defensas, el Celta notó su ausencia tras retirarse lesionado. 
(5) Sisto: asistencia en el segundo y alguna internada con peligro. Mejoró lo ofrecido por Bongonda, pero en defensa no trabaja tanto como el belga, sustituido cuando el Celta necesitó amarrar el empate.
(9) Aspas: dos goles, dos asistencias que acabaron en el palo, el partido del moañés es sublime, pero se perdió en protestas cuando las cosas empezaron a ir mal al Celta. El mejor del equipo de largo, su nivel está llamando a las puertas de la selección.
(4) Marcelo Díaz: no está al nivel de sus compañeros, su presencia no igualó el mediocampo canario, necesita coger la forma. Tuvo el gol de la victoria en la última jugada del choque, pero su vaselina se fue al larguero. El Chelo está lejos de su mejor versión física y sufre sin balón, una sola recuperación.
(5) Jonny: apuntaló la zaga en el peor momento del Celta, con su entrada en el campo los locales dejaron de acosar la meta celeste. Es difícil saber si su inclusión fue determinante en este aspecto o si la gasolina canaria estaba ya en reserva.
(5) Bongonda: con un Sisto superado la presencia del belga sirvió para tapar más el costado zurdo. Tapó las salidas de Macedo, en ataque era muy complicado que hiciese algo con el Celta exhausto.
(5): Berizzo: la lesión de Orellana truncó sus planes. El resultado de 0-3 con tan poca posesión no estaba en el planteamiento inicial. El resto de cambios fueron obligados tras la expulsión de Sergi, nada de lo que sucedió en el partido podría esperarlo. Tuvo que lidiar con lo que iba sucediendo.

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