Berizzo, el improvisado fotógrafo de la hazaña celeste

Nada más sonar el pitido final la fiesta se desató en el césped del Luminus Arena. Los jugadores del Celta estallaban de júbilo, un pase a semifinales histórico había que retratarlo. Tenía que quedar registrado en las cámaras de los protagonistas, los jugadores, nadie quería faltar en esa foto, nadie menos Berizzo. El hombre tranquilo metódico, discreto, que prefiere el segundo plano.

 
Siempre que puede lo recuerda, su mérito reside en su plantilla, en su compromiso y en su trabajo. Nunca he escatimado un elogio para sus jugadores, les ha agradecido cada partido, cada hito, cada gesta, su entrega. Y en esta noche mágica para el celtismo no podía ser de otra manera. Había que celebrarlo con la afición presente en el estadio.
Y ahí junto a los 550 seguidores celestes se plantó la escuadra celeste, y alguien tenía que hacer la foto, pero todo el mundo quería salir, porque esa fotografía ya es historia viva del Celta. Y como no, Berizzo cogió el teléfono de Fontás y en ese segundo plano discreto que le gusta ocupar se encargó de inmortalizar ese momento mágico. No solo es, con casi total seguridad, el mejor entrenador de la historia del Celta, ahora es el fotógrafo de su mejor hazaña.