Esta es la historia de Rubén González, un aficionado del Celta que decidió embarcarse en una de las mayores aventuras de su vida: acompañar al equipo vigués al partido más importante que haya jugado hasta ahora. Del resultado que los celestes consigan en Genk depende el pase a las semifinales de la UEFA Europa League, techo histórico del club en competición europea y que todo el celtismo espera que este jueves, por fin, se pueda romper.
Rubén ha acudido a Bélgica acompañado por dos amigos: Javier Ferrin y Jordi Franques (este último, abonado del Nàstic de Tarragona). Partieron desde Vigo el miércoles por la noche y, desde Barcelona tomaron un avión que les dejó en Bruselas. Y ahí dio comienzo la primera parte de esta maravillosa aventura.
Al bajarse del aeroplano, los tres amigos, felices y, con los nervios a flor de piel, iban cantando la ya famosa melodía de John Guidetti al ritmo de 'Jonny G' que resuena en Balaídos cada vez que se tercia la ocasión. En ese instante, Paco, natural de Allariz, un pequeño pueblo de Ourense, y miembro de la Peña Allariz Celeste, se acerca a los chicos y les pregunta que si son del Celta. Con la sonrisa en la cara, responden orgullosos que sí, por lo que Paco se ofrece a acompañarles en coche hasta Genk con una condición: pasar unas horas en Bruselas.
Y allá que fueron los cuatro. Los cuatro de Genk. A escasas ocho horas para el comienzo del encuentro, nuestros cuatro personajes se encontraban haciendo turismo en la Grand Place de Bruselas, momento que decidieron inmortalizar para no perder ese recuerdo.
Guidetti fue, de forma sutil, el patrocinador del viaje que uniría Bruselas con Genk y, más concretamente, a estos cuatro celtistas que llegaron a Bélgica en busca de un sueño y esperan traérselo de vuelta en sus maletas.