El United apostó por el antifútbol en la recta final

El Manchester United usó todo lo que estuvo a su alcance para clasificarse. Todo. Cuando el equipo inglés vio peligrar su pase para Solna, hizo todo lo posible para evitar que se jugase al fútbol, hasta tal punto que generó una tangana de la nada que comió varios minutos y que terminó saldándose con una salomónica expulsión de un jugador por cada bando: Roncaglia por parte del Celta y Bailly por el cuadro 'red'.

 
Durante toda la eliminatoria, el Manchester United hizo todo lo que estaba en sus manos para conseguir clasificarse. El equipo inglés ya dejó muestras de sus formas en el encuentro de ida en Balaídos, en el que no tuvo reparo ninguno en perder todo el tiempo del mundo posible cuando el marcador se puso a favor, algo que desquició al banquillo celeste, pero en Old Trafford lo llevó un pasó más allá.
En el minuto 84, Roncaglia ponía el empate a uno en el marcador y el cuadro inglés veía peligrar su pase a la final. El Celta estaba atacando continuamente y con el gol las esperanzas de la remontada crecían. Fue justo en este momento cuando los 'red devils' mostraron su peor cara. A los pocos segundos tras el gol celeste, generaron una tangana de la nada que no solo hizo que se perdieran varios minutos del encuentro, si no que también buscaba desconcentrar a los jugadores celestes de su cometido: anotar un segundo gol en los escasos seis minutos que quedarían de encuentro.
La trifulca vino propiciada por un choque en el centro del campo que terminó con una triple agresión. Bailly y Valencia agredieron a Guidetti, mientras que Roncaglia respondió al lateral derecho del Manchester en defensa de su compañero. El colegiado rumano Ovidiu Hategan optó por una decisión salomónica: expulsó a un jugador de cada bando. Roncaglia y Bailly se tenían que ir a los vestuarios, mientras que la tensión crecía dentro del campo y los minutos pasaban sin que se pudiera jugar. 
Al final, la pelea se comió más de cuatro minutos, lo que propició que el colegiado alargara hasta el 96. Por fortuna, el Celta consiguió enarbolar una última jugada en medio de un ambiente enrarecido por la mezcla de nervios, crispación, tensión y desesperación. Por desgracia, la ocasión no terminó en gol.



Ovidiu Hategan expulsa a Roncalgia (Foto: UEFA).