La directiva y la secretaría técnica del Celta siguen inmersos en la preparación de la plantilla para la próxima temporada, un curso donde los vigueses volverán a disputar dos competiciones. Será un año con menos partidos, menos exigente en lo físico y en el calendario. La idea del club es reducir los integrantes del primer equipo: menos jugadores, pero de mayor calidad.
Esta situación provocará que la secretaría técnica deba buscar salida a un buen número de jugadores. Las negociaciones con Berizzo siguen su curso, pero se ha llegado a un acuerdo respecto a la longitud de la plantilla, está no deberá superar los 21 jugadores de campo, ya que el club quiere que se vuelva a contar con la cantera.
Con la llegada de Maxi Gómez atada, el Celta sigue negociando la contratación de más futbolistas como Chucky Lozano, o la continuidad de Jozabed. Esto obligaría que número de jugadores con plaza este curso deben abandonar el equipo. Los señalados son Planas, al que no se le renovará el contrato; Señé, que podría poner fin a su ciclo en Vigo; Bongonda, que ha caído en la depresión futbolística; y Rossi, que termina contrato y cuyo rendimiento, con lesión incluida, no ha sido el esperado.
Al margen de estos jugadores, otros compañeros tienen opciones de salir. Hjulsager podría ser cedido para completar su fase de adaptación y con la llegada de Maxi Gómez, hasta Guidetti puede estar en el escaparate. El Celta podría aceptar una oferta importante por el sueco. Otros futbolistas como Lemos o Marcelo Díaz tampoco tienen asegurado su futuro la próxima temporada.
Con una plantilla corta el regreso de los cedidos también se antoja imposible. Sólo David Costas, en el caso de que uno de los centrales abandone el primer equipo, tiene opciones reales. Pero esto dependerá de la categoría en que juegue el equipo filial el próximo año. En Segunda, Costas podría convertirse en uno de los líderes del Celta B.
Álex López, Madinda y Drazic están en una situación más comprometida. Álex López se ha caído de los planes de Paco Herrera en el Valladolid, en enero cumplirá 30 años y sus opciones de regresar a la primera plantilla son nulas. Con el filial en Segunda se podría llegar a considerar al ferrolano como una de las piezas que le de al segundo equipo experiencia para competir en la categoría de plata.
Madinda se encuentra en una situación similar. No ha jugado ni un minuto en los últimos cinco encuentros con el Nàstic, a diferencia de Álex, sus 24 años le podrían dar una plaza en un filial en Segunda. La situación más complicada es la de Drazic, el joven extremo serbio de 21 años sólo ha sumado 300 minutos esta temporada en el Valladolid. El Celta debe buscarle un nuevo destino y podría volver a la liga serbia.