El destino es caprichoso, solo así se puede entender que en la despedida de Berizzo su rival en los banquillos sea Eusebio. El 'Toto' hizo grandes a unos chicos a los que el 'Catedrático de La Seca' dio su primera oportunidad en el mundo de fútbol. Un partido, ante la Real Sociedad donde lo que menos importaba era el resultado. Un choque con aroma a fin de ciclo, a cuadratura del círculo, de Eusebio a Eduardo. El Celta se prepara para dar su enésimo salto mortal.
Y Balaídos se convirtió en el juez de la no renovación de Berizzo. El entrenador argentino salía absuelto mientras que la mayoría de la afición señalaba al presidente, a Carlos Mouriño, como el culpable de la marcha del técnico. En el campo solo un equipo se estaba jugando algo, pero se contagió del ambiente de las gradas, anestesiado en el campo cedió la pelota a un Celta que volvió a evidenciar sus carencias para generar ocasiones de gol.
El reloj marcaba, de forma inexorable, el paso de los minutos, de los últimos 90 minutos de Eduardo Berizzo al frente del Celta. Cánticos, gritos y aplausos para el 'Toto' mientras que la pelota circulaba mansamente sobre el verde celeste. Nadie arriesgaba y a pesar de ello la Real tuvo ocasiones claras de gol para irse con ventaja a los vestuarios.
De nuevo Sergio salvó a sus compañeros al rechazar con su rodilla un remate a bocajarro de William José. No fue el único salvador, Jonny y Cabral tuvieron que sacar el esférico bajo palos. Andando la Real lograba hacer daño al Celta. Se acababan los primeros 45 minutos de los últimos 90 de Berizzo al frente del Celta. De nuevo aplausos a su salida.
Y aplausos en la vuelta, el choque era un homenaje de la afición al hombre que les hizo soñar, que les hizo creerse grandes e invencibles. El técnico que encarnó como nadie ese intangible que es la afouteza. La afición volvió a recocer sus méritos en su regreso del descanso momento en el que decidía sustituir a Guidetti por Jozabed.
Y fue el andaluz el que pudo anotar el primer tanto del choque, una maravillosa combinación con Aspas terminó con el disparo de Jozabed que veía como Rulli salvaba el tanto de forma milagrosa.
Y en el minuto 53 llegó unos de los momentos más emocionantes de esta despedida. Iago Aspas arrancaba un penalti que la afición pedía que tirase el 'Toto'. No podía ser. Iago Aspas ajustaba el disparo y batía a Rulli. El moañés se fue directo a Berizzo, este gol era suyo, era su homenaje. Ambos se fundieron en un abrazo lleno de emoción y gratitud.
La Real se quedaba fuera de Europa, tenía que dar un paso al frente. Eusebio introdujo a Canales y Juanmi por Vela y William José. Sergio le sacaba la pelota de la cabeza a Juanmi mientras que el Celta buscaba una contra con la que sentenciar el encuentro. Roncaglia, pasado el minuto 70 lo tuvo en sus botas, un disparo seco, a la cepa del primer palo que su compatriota Rulli desbarató.
Se animaba el Celta que volvía a tener el balón, sin nada en juego, pero con la convicción de regalarle una victoria a Berizzo sus jugadores cercaron la meta donostiarra mientras que Balaídos entonaba el casi olvidado 'fútbol de salón'.
El partido seguía siendo celeste, pero una mala entrega de Jonny propició el ataque donostiarra, eran los 10 últimos minutos de Berizzo al frente del Celta y el canterano de la Real lograba el tanto del empate tras una dejada de Juanmi que empaló Oyarzabal. La Real se volvía a situar sexta y se firmaba una nueva tregua sobre el césped que Hjlusager rompía con un pepinazo de otra galaxia. El danés marcaba su primer gol con el Celta el último día de Berizzo, de nuevo gritos de ¡Toto Berizzo!.
Las gradas eran una fiesta, de despedida, pero una fiesta y la Real quiso participar en ella logrando su pase a Europa, con todo cerrado volvió a empatar gracias a un tanto de Juanmi, pero eso no importaba.
Balaídos se puso en pie, despidió a su héroe mientras enfilaba el camino a los vestuarios, no lo pudo hacer, se tuvo que quedar en medio del campo para abrazar uno a uno a sus jugadores. Todos en círculo, unidos hasta el final, Berizzo se va, pero deja un legado imborrable. Hasta siempre Eduardo Berizzo Magnolo.