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Celta de Vigo
4-3
Pachuca

La cantera rescata a una defensa que hace aguas

Alberto Bravo

Absolutamente nadie podía adivinar el resultado de un partido donde el Celta de Vigo se volvió a mostrar completamente desbordado en defensa, acumulando errores, muchos personificados en la figura de Fontàs. Un arreón final liderado por los futbolistas del filial permitió a los de Unzué salvar un amistoso tedioso durante 65 minutos y vibrante, por la reacción final, de los más jóvenes, que salvaron la cara del equipos.

 
Unzué buscó aprovechar la buena racha goleadora de Dejan Drazic situando al serbio en punta acompañado de Brais Méndez y Hjulsager por bandas. La línea ofensiva era, ante la fuga de los atacantes celestes, la que presentaba más novedades. El resto del equipo era reconocible con jugadores como Sergio, Cabral, Jonny, Wass o Radoja.
Con poco ritmo y una espesa niebla comenzaba el partido ante un Balaídos casi desierto, Honda, el japonés que llegó a deslumbrar en Europa fue el primero en avisar en el minuto 6, pero un atento Sergio logró despejar, con una buena estirada, el balón a córner. No tardó mucho en dar la respuesta el cuadro vigués con un potente remate de Hjulsager que desvió con problemas el veteranísimo Óscar Pérez, que sigue en activo con 44 años.
Dejan Drazic estuvo a punto de abrir la lata mexicana, pero su disparo impactó con la madera tras aprovechar un rechace de la defensa 'tuza'. Los errores individuales en defensa no tardaron tampoco en aparecer, esta vez en los pies de Roncaglia, aunque el Pachuca no supo aprovechar el fallo del lateral derecho argentino.
La niebla, el nulo ambiente y la absoluta falta de ritmo convertían los siguiente minutos en una tortura futbolística impropia, incluso, de un amistoso de pretemporada. Solo las ganas de los jugadores menos habituales del Celta ponían algo de mordiente en la contienda. Fontàs con un error en el pase propició una ocasión de Jara, pero el argentino cruzó demasiado el esférico que acabó en saliendo por línea de fondo.

El desafortunado regreso de Radoja

Era el segundo aviso de un Pachuca que en la tercera no perdonó, un centro de Aguirre acabó impactando en Radoja, que volvía tras una lesión en su rodilla, para introducirse en la portería de Sergio poniendo el 0-1 en un aburrido y tedioso encuentro. El tanto espoleó al Celta, que en el tramo final de la primera mitad empezó a llegar con más claridad a la meta de Óscar Pérez.
Una reacción que no tardó en desinflarse, aunque Hjulsager era el único que intentaba ponerle ritmo a un encuentro soporífero quecora terminó con un desesperanzador 0-2 al culminar Guzmán un ataque por banda derecha zafándose de un lento Fontàs. Lo mejor que le pudo suceder a los aficionados presentes en Balaídos era el pitido de Iglesias Villanueva.

Cambios para la segunda mitad

Unzué daba entrada a Eckert, Sergi Gómez y Rubén para darle la vuelta al 0-2. Comenzó con ganas el equipo con Fontàs de mediocentro en las acciones con balón y como líbero en defensa. El propio Fontàs volvió a errar en el pase para que Aguirre estuviese a punto de anotar el 0-3, pero Roncaglia logró, en el momento del disparo, anteponerse y frustrar el tanto del Pachuca. El catalán estaba completando una noche pésima.
Las buenas intenciones en ataque del Celta chocaban con la realidad, Óscar Pérez estaba viviendo una placida noche en Balaídos y el Pachuca esperaba paciente una contra con la que cerrar el partido. 

Eckert acierta, la zaga falla

El hispano alemán del Celta B puso en el 66 el 1-2 en el marcador para acto seguido responder Jara, ante la desidia de la zaga celeste, el argentino probó los reflejos de un atento Rubén que logró tocar la pelota para mandarla a córner. Un saque de esquina defendido de forma desastrosa por los seis celestes presentes en la jugada era, esta vez sí, el 1-3 anotado por Jara.

Minutos de locura

Dennis Eckert tenía ganas de reivindicarse, el jugador llegado este verano a Celta B ponía el 2-3 en una acción individual llena de calidad. El delantero encaraba al central, se hacía con un hueco para el disparo y cruzaba la pelota al segundo palo. Un gol que revivió a un Celta que está vez sí veía posible lograr el empate.
Wass, que en la segunda mitad estaba desaparecido, puso el 3-3 con un potente disparo, desde dentro del área, por toda la escuadra. Sin tiempo para celebrarlo Brais Méndez ponía el 4-3 en el 80, dando la vuelta a un partido penoso durante los primeros 70 minutos. Los celestes, en las botas de Hjulsager, pudieron meter el quinto ante un Pachuca que se había borrado del tramo final.

Fontàs, otra vez... Fontàs

Y cuando todo parecía cerrado, Fontàs cometió un penalti en el descuento que salvó Rubén Blanco mandado el esférico al palo y posteriormente a córner. Otro saque de esquina mal despejado por la zaga celeste. Un Celta que venció pero que, por lo menos en su parcela defensiva, no convenció.
 
 

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