Varios aficionados del Celta de Vigo se han acercado esta mañana a las taquillas de Balaídos para pedir "una solución" a la directiva que preside Carlos Mouriño después de que el ayuntamiento decidiera cerrar la grada de Río durante el partido contra el Atlético de Madrid y el club anunciase que era "imposible" reubicar a los socios en otra grada.
"Es una vergüenza que los socios que pagamos religiosamente nuestra cuota no recibamos ninguna explicación y no podamos asistir al partido. Y lo peor es que en las taquillas no había nadie para explicarlos nada. Sólo pedíamos una explicación", explicó una aficionada celeste con más de diez años como abonada del Celta.
Antonio, otro veterano abonado, también habla de "vergüenza" y amenaza con entrar "a la fuerza" en el estadio. "En este club nadie da la cara, estamos aquí esperando a que nos expliquen qué podemos hacer. Varios socios hemos hablado y no descartamos nada, incluso entrar a la fuerza porque estamos muy enfadados", afirmó.
Las taquillas del estadio estaban esta mañana cerradas. El Celta a través de su presidente, Carlos Mouriño, hizo público un mensaje sobre esta situación a través de las redes sociales de la entidad celeste. En el pide perdón a los aficionados y asegura que el club reembolsará la parte proporcional de los abonos por un problema que no han generado ellos.