La lectura de los jugadores del Celta es similar, tanto Sergi Gómez como Rubén Blanco lamentaron las facilidades que concedieron al Alavés. Esto provocó que, a pesar del control del partido, el equipo apenas tuviese opciones reales de remontar, especialmente por la falta de puntería.
Sergi Gómez cree que "en la segunda parte tuvimos ocasiones pero no entraron", por ello el central aseguró que "nos marchamos con un mal sabor de boca". Sergi se lamentó del primer tanto que encajaron en el minuto cuatro: "El primer gol fue un despiste. A partir de ahí se complicó el partido".
El defensor también se lamentó de las oportunidades que fallaron sus compañeros de cara al marco contrario, donde Pione Sisto marró dos disparos de forma inexplicable: "Tuvimos el control, generamos ocasiones pero no estuvimos finos", concluyó.
Rubén Blanco consideró que "el juego no fue malo, pero el resultado sí". El meta reveló que "sabíamos que el Alavés base su juego en la intensidad y en las segundas jugadas, lo habíamos hablado en el vestuario pero no estuvimos afortunados", lamentó.
Tras los dos goles de desventaja "fuimos a remolque en un campo donde es muy difícil remontar". El canterano aseguró que "toca pensar ya en el Espanyol".