No llegaron a 16.000 los espectadores que asistieron estupefactos al tanto de Gerard Moreno en el minuto 86. El Celta había logrado darle la vuelta a un resultado adverso y bordaba el fútbol de ataque con innumerables ocasiones para golear a un rácano Espanyol. Pero la afición, no en ánimos pero sí en número, volvió a fallar.
15.750 asistentes a un partido en domingo a las 18.30 de la tarde, un horario perfecto para disfrutar del fútbol en directo, pero ni así Balaídos presentó una buena entrada. El club había reducido el precio de las entradas, pero en las gradas se veía más azul celeste de butacas vacías que espectadores.
Es el segundo encuentro donde la asistencia es muy escasa, ante el Betis, un lunes había razones de más peso para el pinchazo que hubo con 14.856 espectadores, pero quintando los partidos ante el Atlético, con la grada de Río cerrada y el Getafe, estas dos entradas son las peores de la temporada.
Sólo ante el Barcelona, en la Copa del Rey, y el Real Madrid en liga se han superado los 20.000 asistentes, pero en ambos casos, con 21.338 y 20.872 espectadores, muy lejos de los 25.000 que hubo en otras temporadas. El Celta sigue inmerso en la lucha por Europa, pero Balaídos sigue vacío.
Los próximos duelos, ante el Éibar un sábado a las 13.00 horas y contra Las Palmas, de nuevo un lunes no invitan a pensar en una mejoría. Habrá que esperar a la jornada 33, ante el Barcelona para volver a disfrutar de una buena entrada en un estadio que se queda sin aficionados cada temporada que pasa.