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La pelota, el peor enemigo del Celta

Alberto Bravo

En una temporada donde el Celta, su cuerpo técnico, ha porfíado su juego a la posesión, los números tiran al traste esta apuesta. El cuadro vigués ha perdido la posesión en siete de los treinta partidos de liga disputados hasta el momento, y en otros tres ganó esta, pero no superó el 51 por ciento. En estos diez choques los de Unzué han encontrado su botín de puntos, 23 de los 40 que ha sumado este curso.

 
El Celta se ha caracterizado por ser un equipo de largas posesiones, muchas de ellas planas y sin mordiente, de hecho es el quinto equipo con mayor posesión de LaLiga Santander por detrás de Barcelona, Real Madrid, Real Betis y Real Sociedad. Los de Unzué sólo han perdido la posesión en siete encuentros.
Lo relevante es que el equipo suma muchos más puntos cuando no tiene la posesión que cuando es el dueño absoluto del balón, lo que demuestra las enormes dificultades que tienen los de Unzué para atacar zagas nutridas en número y planteamientos claramente defensivos.
En los siete encuentros en los que la batalla por el balón cayó del lado rival, el Celta sumó cinco victorias, un empate y una derrota. Cayeron Las Palmas (2-5), Athletic Club (3-1), Deportivo (1-3), Real Sociedad (1-2) y Real Betis (3-2), se empató ante el Barcelona (2-2) y sólo se perdió un partido, ante el Sevilla (2-1). El Celta logró el 76 por ciento de los puntos en juego esos encuentros.
La tendencia se acentúa con otros tres partidos, donde el Celta se lleva la posesión con menos del 51 por ciento. En esos partidos se vence al Éibar en dos ocasiones (0-4 y 2-0) y se empata con el Real Madrid (2-2). Unos datos que revelan que el equipo está más cómodo cuando la pelota se la quieren disputar y encuentra huecos para aprovechar las llegadas y velocidad de Aspas, Pione Sisto o Emre Mor. 
Cuando el Celta suma largas posesiones el balance es desolador, en los 20 encuentros donde los de Unzué ganaron la batalla por el balón de forma clara, los números se empequeñecen: Cuatro victorias, cinco empates y once derrotas. En estos 20 choques el Celta anotó 19 goles encajando 30.
En los otros diez partidos, donde la posesión se perdió o se ganó por décimas de diferencia, el Celta marcó 27 goles y recibió 13 tantos. La apuesta de Unzué y su cuerpo técnico por la pelota se ha convertido en el peor enemigo del equipo. Los números, que en muchas ocasiones mienten, en este aspecto son tan claros que muestran el mal del equipo sin ningún tipo de duda. El Celta, sus jugadores, son más efectivos en partidos disputados, con espacios, que en choques donde deben abrir la lata defensiva de su rival.

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