Maxi Gómez no perdona. El delantero uruguayo aprovechó de forma inmejorable un resbalón de su compatriota y compañero de selección Diego Godín. El central del Atlético cayó cuando iba a recibir la pelota y el atacante del Celta, siempre atento, robó la pelota, galopó hasta el área y con eficacia y calidad batió por bajo a Oblak. Maxi no perdona. Con él, los resbalones rivales cuestan goles.