Las victorias cuando se pelean juntos saben mejor, todavía más si se tienen que sufrir hasta el final. #XuntosSomosCelta era el mensaje que se quería enviar a lo largo de toda la semana y este cuajó en un celtismo que añoraba ver a los suyos jugar como si el mañana no existiese. así lo hizo el Celta, así lo entendió su afición, el camino será largo, complicado, tortuoso y por momentos descorazonador pero #XuntosSomosCelta y juntos se ha dado el primer paso, vencer al Sevilla.
Batuta celeste en los primeros compases del duelo vivido en Balaídos gracias a una buena labor en la presión en la zona de creación con Fran Beltrán y Jozabed muy adelantados impidiendo a los de Machín acercase a la meta defendida por Rubén Blanco. Esta buena labor, sin embargo, no ayudó a que el cuadro vigués lograse alguna ocasión clara de gol salvo un testarazo marrado por Jozabed.
El cuadro visitante se mostraba cómodo, tanto por la propuesta como por el ritmo planteado por el Celta, y fue creciendo a medida que avanzaban los minutos hasta igualar las fuerzas sobre el campo. Tímidamente iba rondando el área celeste en un encuentro en el que la primera media hora sus dos contendientes se analizan midiendo su nivel.
Fue Beltrán, en el minuto 31, el que puso en pie a Balaídos con una arranca y pase sobre el desmarque de Mallo. El capitán se plantó sólo ante Vaclík para mandar su disparo rozando el palo corto del meta esloveno en el primer aviso serio del encuentro.
Machín no estaba conforme con el juego desplegado por Arana y dio entrada a Roque Mesa para reforzar la medular desplazando a Sarabia al carril izquierdo. El técnico daba mayor músculo a su zona de creación y cerrar una banda por la que Mallo estaba causando problemas.
El cambio de piezas sentó bien a un Sevilla que con Roque Mesa empezó a dominar el encuentro llegando a acosar la meta de un Celta que se defendía el empate y que pudo irse con ventaja a los vestuarios con el único disparo a puerta, por parte viguesa, en la primera mitad obra de Boufal.
Paradón de Rubén
La reanudación llegaba con los disparos de Brais y Jozabed como primer aviso a un seguro y poco exigido Vaclík. Replicaban los de Machín con remate de Roque Mesa y un peligroso centro de Promes que despejó Mallo antes de que Rubén volviese a tener que erigirse como el salvador del equipo.
El Sevilla ejecutaba a la perfección una jugada ensayada desde la esquina para que Ben Yedder pudiese rematar al poste izquierdo de un Rubén que desbarató, con una gran intervención, el disparo del francés.
El partido entraba en una fase de imprecisiones que aceleraron el ritmo del mismo para benefició de un Sevilla más dispuesto al correcalles que se vivía en Balaídos. Cardoso reaccionaba dando entrada a Lobotka por Jozabed justo antes de que Ben Yedder estrellase el balón al palo perdonando el 0-1.
Respondía Machín con la entrada de Amadou por el 'Mudo' Vázquez antes de que Okay adelantase a los celestes con un remate desde el segundo palo. El futbolista otomano se ha convertido para el Celta, en solo unos meses, en un líder. Manda en la medular, donde construye y destruye, llega por detrás y marca goles decisivos. Okay Yokuslu es, a día de hoy para el Celta, lo que Mustafá Kemal Atatürk es para el pueblo turco.
Balaídos entraba en ebullición, solo necesitaba que sus jugadores le diesen una razón, y el Celta lograba ponerse por delante en el 73. Cardoso reforzaba su costado izquierdo dando paso a Sisto por un extenuado Boufal.
Okay, reventado por el esfuerzo, se marchaba al banco aplaudido como un héroe. Costas entraba para blindar a un Celta que buscaba defender su exigua ventaja hasta el final.
Los minutos no pasaban para un Celta necesitado de victorias, de puntos y buenas sensaciones. El Sevilla buscaba el tanto del empate y los celestes perder todo el tiempo posible, las tanganas afeaban un partido jugado con intensidad pero con nobleza.
El descuento, de cinco minutos, señalaba el final de una batalla que jugadores y afición pelearon como uno solo. Los celestes llegaban maltrechos pero dispuestos a defenderse hasta el pitido final como gato panza arriba. Balaídos jugaba su partido apretando desde la bancada, silbando los ataques hispalenses y celebrando cada despeje como si fuese un gol.
El Celta, el celtismo, los jugadores, todos sufrieron, todos pelearon y vencieron. Juntos, como hacía semanas que no pasaba. #XuntosSomosCelta, así comenzó la semana y #XuntosSomosCelta terminó. No se ganó un título, pero se ganó el derecho a seguir peleando juntos por la permanencia.