Balaídos cerrará el telón de una temporada para olvidar donde las buenas noticias no llegan para tapar todo lo malo que ha sucedido en estos últimos meses en Casa Celta. Sin la permanencia asegurada al cien por cien, el equipo buscará una victoria que permita al celtismo, motor incansable de A Nosa Reconquista, saborear un último bocado dulce y sabroso después de haber tenido que tragar hiel y vinagre. El Rayo Vallecano, ya descendido, se presenta como el convidado de piedra de la que puede ser la fiesta del Zarra de Iago Aspas y la posible despedida de buena parte de la plantilla donde dos nombres sobresalen del resto, Sergio Álvarez y Gustavo Cabral.
Solo una catástrofe mandaría los huesos del Celta a Segunda. Los vigueses descenderían con una derrota por goleada ante el Rayo y una victoria, también por goleada, del Girona al Alavés. Además ambos resultados tienen que sumar siete o más goles de diferencia en contra de los de Escribá en el golaveraje general. Unas premisas en las que ni siquiera el Girona cree, algo que han ido demostrando los últimos días en las palabras de presidente, entrenador y jugadores.
Aunque la derrota le puede valer al Celta, Escribá ha dejado claro que el equipo irá a por la victoria para cerrar el curso lo más arriba posible y de la mejor manera. Un triunfo que podría llegar de la mano de los goles de Iago Aspas, que sí tiene un reto personal para este encuentro: mantener su ventaja de goles sobre Borja Iglesias, delantero del Espanyol formado en el Celta, para alzarse con su tercer Trofeo Zarra consecutivo.
Y la ambición infinita de Aspas es la mejor garantía para pensar en que esta temporada para olvidar se cierre de la mejor manera posible. Una temporada que deberá tener una larga y profunda reflexión para no caer en los errores cometidos y que sin duda provocará un cambio profundo en una plantilla con solo una decena de jugadores fijos.
Por este partido tiene también aroma a despedida. Radoja, tras un año apartado, dejará de ser jugador del Celta. No hay confirmación sobre la continuidad o no de Sergio Álvarez y Cabral, de los cedidos parece segura la marcha de Boufal, Boudebouz y Hoedt dejando solo a Olaza con opciones de seguir si el Celta ejerce la opción de compra que tiene sobre el lateral de Boca Juniors.
Con contrato en vigor pero con opciones muy serias de salir están Lobotka, Maxi Gómez, Emre Mor, Hjlusager y Pione Sisto. Para muchos de ellos este partido será el último con la elástica celeste, también, incluso, para Fran Escribá. El técnico no ha querido dar pistas sobre su continuidad, algo que se conocerá la próxima semana.
Y en este fin de fiesta celeste el convidado de piedra será un Rayo Vallecano que llega a Balaídos descendido y pensando ya en cómo volver a Primera. Nada se juegan los de Paco Jémez más allá del orgullo y evitar el farolillo rojo en posesión del Huesca. Desde Madrid se advierte de que el cuadro vallecano llegará con ganas de competir aunque su estado de ánimo esté por los suelos tras consumar el descenso.
Para este partido, Paco Jémez introducirá varias novedades, aunque las más importantes serán en defensa por la lesión del lateral derecho Tito y la sanción del izquierdo Alex Moreno. Al primero le sustituirá el peruano Luis Advíncula y al segundo Sergio Akieme. Tampoco estará Gálvez en el eje de la zaga donde Catena entrará para acompañar a Velázquez.
La principal amenaza del Rayo llegará de Raúl de Tomás, Pozo y Embarba, tres de sus mejores jugadores que buscarán realizar un buen encuentro que les permita, en otro club, seguir en LaLiga Santander. Un Balaídos, lleno, parece que será un buen escenario para reivindicarse en un encuentro donde el Celta debe mostrar mayor intensidad que le haga no sufrir más de lo que le ha tocado en un curso que nació torcido desde la llegada de Mohamed al banquillo vigués.