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La libreta de Escribá y los fichajes siguen perfilando un 4-4-2

Fran Escribá en A Madroa (Foto: RCCV).
Alberto Bravo

Fran Escribá llegó, a finales de la temporada pasada a Vigo para salvar al equipo del descenso. El Celta logró la permanencia, Escribá y su libreta se ganaron la continuidad. Esta misma libreta fue la que sacó el técnico valenciano en el primer amistoso de la pretemporada, su dibujo, el clásico 4-4-2 fue el sistema utilizado ante el Lugo, el mismo sistema con el que logró que el Celta no cayese al abismo.

No varió el sistema el entrenador en la puesta de largo del equipo este verano, siguió apostando por una defensa con cuatro hombres, dos mediocampistas, dos volantes que con recorrido hacia el medio y dos delanteros. La falta de confianza en los extremos del equipo, algo que ya sucedía la pasada campaña a excepción de un Boufal que ya no está, se repitió en el amistoso ante el Lugo.

Santi Mina celebra un gol en el amistoso Celta-Lugo (Foto: RCCV).

De partida utilizó a Denis Suárez y el jugador del filial, Sergio Bermejo. En la segunda mitad entraron Pione Sisto y Brais Méndez con dos puntas Iago Aspas y Santi Mina repitiendo el 4-4-2. Escribá no dio opciones, en este primer partido, a ver un sistema de juego distinto, algo que parece relativamente lógico viendo el perfil de las altas del equipo.

La llegada de dos centrales, Aidoo y Sáenz, refuerza la idea de jugar con línea de cuatro en una zaga donde no se cuenta con Roncaglia para dejar el número de jugadores en ocho, cuatro laterales -dos por banda- y cuatro centrales.

Jorge Sáenz, durante su presentación como nuevo jugador del Celta.

En mediocampo, salvo incorporaciones posteriores, la plantilla cuenta con cuatro organizadores, tanto de perfil ofensivo y defensivo. En los extremos salvo por Pione Sisto, no hay en la plantilla ni un solo jugador, de los que se van quedar, con capacidad de recorrer la banda, desbordar y centrar. Juan Hernández y Emre Mor van a salir mientras que Brais Méndez y Denis Suárez no pueden ejercer esa función.

Mathias Jensen, durante el partido ante el Getafe (Foto: LaLiga).

La idea de que Escribá va a seguir eligiendo el 4-4-2 como sistema favorito también se argumenta con la venta de uno de los pocos mediapuntas que tenía el Celta, Mathias Jensen, al que Escribá apenas le dio opciones el pasado curso al no poder encajarlo en su dibujo. Prefirió colocar a Brais Méndez o Boudebouz por banda antes que al danés.

Además el Celta ha logrado sumar un nuevo delantero a la lista para tener tres puntas este curso, a diferencia del pasado, donde Aspas y Maxi Gómez estaban solos. Ahora Escribá siempre podrá tener, con Aspas, Mina y Gabriel Fernández, suficientes alternativas para jugar con dos puntas.

Las otras opciones: 4-3-3 y 4-2-3-1

Solo la posible llegada de Nolito permitiría pensar en un cambio de sistema hacia un 4-3-3 con Nolito en banda izquierda, Aspas en punta y Mina en el costado derecho escoltados por Okay de pivote con Lobotka y Denis Suárez de volantes. Este sistema dejaría en el banquillo a Brais Méndez y como recambio en punta a Gabriel Fernández. El principal problema es que Okay, en la posición de pivote más retrasado tendría menos ayuda y ni un solo recambio en el banquillo. Algo que con dos medios en paralelo no es tan grave al poderse alinear a Beltrán con Lobotka.

Nolito celebrando un gol ante el Reading (Foto: Sevilla FC).

El otro sistema posible, el 4-2-3-1 es una variante del 4-4-2, un sistema que seguro que se verá en muchas fases de los partidos cuando el Celta necesite que Aspas baje a recibir el balón en tres cuartos de campo, por ello no deja de ser una ligera modificación de un dibujo, el 4-4-2 que siempre ha utilizado Escribá y que nada indica que deje de hacer.

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