Lucas Boyé tuvo en paso efímero por el Celta de Vigo, unos meses bajo las órdenes de Juan Carlos Unzué, en los que el delantero argentino fue objeto de bromas y críticas por su escaso nivel técnico y su nula capacidad goleadora. Los dos millones que abonó el Celta al Torino por la cesión de Boyé son el mejor ejemplo de lo escaso y caro que es el mercado invernal.
Boyé jugó 13 partidos con el Celta, 266 minutos en los que no demostró absolutamente nada. Su carrera, aún corta, no es distinta en otros clubes, con 23 años ha jugado en Newell's Old Boys, River Plate, AEK de Atenas, Torino, Celta de Vigo y Reading, donde milita actualmente y donde sigue enfrentado al gol.
El argentino suma 169 encuentros en la élite, 7.536 minutos en los que ha logrado marcar 14 goles, el mismo número que lleva en amarillas. Boyé marca un tanto cada 12 partidos, en el Celta ni cumplió esa media, o si se traslada a minutos, anota cada 538'. Por donde ha pasado ha sido criticado lo que le ha llevado a confesar que tiene bloqueadas a más de 10.000 personas.
"Entre Instagram y Twitter tengo más de 10.00 personas bloqueadas", reconoció el delantero argentino en TyC. El punta confesó que desde muy chico ha tenido que convivir con las críticas y que "antes eso me afectaba, ahora estoy mejor".
Lucas Boyé también recordó un hecho sucedido con su número de teléfono: "Una vez se filtró mi número de WhatsApp y me agregaban a diferentes grupos". Pero lo unían a esos grupos con un único objetivo, "me criticaban", subrayó el actual delantero del Reading.