Un punto para seguir vivos en la pelea por evitar el descenso. El Celta de Vigo arrancó un empate de San Mamés ante un Athletic Club que acosó la meta de Rubén Blanco de principio a fin con poco éxito. El tanto de Rafinha permite a los vigueses volver con una sonrisa a pesar de haber entrado de nuevo en los puestos de descenso.
El Celta comenzaba el partido en puestos de descenso tras la goleada lograda por el Mallorca ante el Valencia (4-1) que se sumaban a las victorias de Alavés y Éibar para complicar aún más la mala clasificación celeste en Liga. Más se complicaba la jornada con el triunfo del Espanyol en el Estadio de la Cerámica. El Celta, en resumidas cuentas, estaba solo con un punto de ventaja sobre el último clasificado de la tabla a la espera de que Oriol Romeu y Cristian Tello lleguen para reforzar al equipo.
Sorprendía de inicio Óscar con un once el que Brais Méndez ocupaba el lado izquierdo del ataque para dejar el carril diestro a Rafinha. Un 4-4-2 con doble pivote que hacía aguas en los primeros minutos en los que el Athletic sumaba hasta tres ocasiones de gol, dos de ellas a balón parado. La cuarta ocasión, quizás la más clara de todas dejaba muy claro que el Celta iba a sufrir con la velocidad de Iñaki Williams.
Aún era el minuto 10 cuando una nueva acción de Williams no terminó en gol en propia meta del debutante Murillo ante la falta de entendimiento con Rubén Blanco. El saque de esquina también pudo suponer el 1-0 en un asedio constante del Athletic sobre un Celta que sobrevivía de milagro sin que su juego se asomase sobre la meta de Herrerín.
Ya en el 17' llegaba la primera jugada trenzada del Celta con Rafinha, Santi Mina y Olaza, que recibía el pase en profundidad del delantero vigués, que probaba fortuna ante un acertado Herrerín. Los de Óscar lograban parar el acoso local y el duelo se igualaba aunque cada acción a balón parado se convertía en una tragedia griega.
El Athletic seguía cercando la meta celeste multiplicando el trabajo de Rubén Blanco y sus defensas. Errores propios, como las defectuosas entregas de de Okay o Beltrán no encontraban el merecido castigo a un Celta que se mantenía vivo en el encuentro, incuso después del remate de Muniain que desbarataba el meta celeste en otro milagro.
Tan sorprendente era el cero a cero que Santi Mina apostó por continuar con ese resultado tras marrar un centro al segundo palo de Aspas. El delantero, sin oposición, remató fuera al usar su pierna derecha cuando con la zurda tenía más espacio. Así terminó una primera mitad llena de ocasiones de gol, la mayoría de autoría local.
Nada cambiaba en la segunda mitad, el Athletic volvía a cercar la meta de un gigante Rubén Blanco que se destapaba con varias paradas de mucho mérito ante la desesperación de los atacantes rojiblancos. El Celta volvía a salir al campo con dos marchas menos que su rival pero que en una acción en solitario de Aspas con Rafinha lograba ponerse por delante en el marcador.
Aspas conducía el esférico por el lado derecho del ataque celeste, arrastraba a dos defensas y encontraba el hueco para poner en la frontal el balón. Ahí estaba Rafinha, que con un ajustado remate al palo corto batía Herrerín en el 56'.
El tanto del Celta no varió el desarrollo del encuentro, los de Garitano buscaban el tanto del empate pero ahora los vigueses sí podían buscar una contra con la que cerrar el partido. Y esa ocasión la tuvo Rafinha en un mano a mano que en esta ocasión se llevó Herrerín. La victoria valía quilates y Óscar no dudo al sacar del campo a Mina para dar entrada a Pape en el 67'.
En otra clara contra del Celta la mala elección de Beltrán en el pase es el comienzo del desastre. El madrileño pierde el balón y provoca una contra del Athletic que termina en penalti por mano del propio Beltrán. Rául García batía a Rubén y ponía el 1-1 en el 77'.
El Athletic buscaba la remontada en los minutos finales con un Celta que se protegía dando por bueno el punto en San Mamés. Sin dudarlo Óscar daba entrada a Aidoo por Brais Méndez. El Celta se encerraba con cinco defensas y tres pivotes, dejando solo a Denis y Aspas en ataque.
Y Aidoo salvó, ya en el descuento, el tanto de Muniain. El Celta no salía de su área, los 10 jugadores aguantaban el arreón final de unos leones espoleados por su grada y Rául García se inventaba una chilena que se marchaba rozando la cruceta de Rubén. El Celta lograba arrancar un punto lleno de sufrimiento de un campo complicado. El Celta se va al descenso, pero sigue vivo en la pelea.