A la situación deportiva del Celta de Vigo, hay que añadirle los pequeños conatos de rebelión en el banquillo de Balaídos que han trascendido en las últimas fechas. Al enfado de Pione Sisto, pasando por la indisciplina de Pape Cheikh, que podría salir más pronto que tarde de Vigo. De todo ello ha hablado Rubén Blanco.
En una entrevista en AS, el guardameta trató de restarle importancia al asunto, si bien garantizó que las diferencias entre el propio Pione y el técnico, Óscar García, ya están resueltas. "No hay mal vestuario. Lo de Sisto yo no lo haría, pero son situaciones que suceden muy a menudo. No hay ningún tipo de malicia en lo que hizo. El tema está zanjado", subrayó.
Conflictos internos motivados por el espeso rendimiento colectivo del equipo. Una situación que ya recuerda a la del año pasado por estas fechas. "En cuanto a clasificación es parecido, pero este año estamos concienciados de donde estamos y queremos salir cuanto antes de esta dinámica negativa que arrastramos", añadió.
Rubén Blanco mira al mercado en perspectiva, a sabiendas de que pueden llegar nuevos futbolistas, pero entiende que la clave está en mantener el foco en el día a día y en LaLiga Santander. "Estamos centrados en preparar los partidos y en la situación fastidiada que estamos viviendo. Aunque intentamos mantenernos ajenos a todos esos comentarios, es muy difícil estar aislado. Sabemos que hay la posibilidad de que se incorporen compañeros para intentar ayudar", agregó.
Y no es para menos, para el próximo compromiso liguero el Celta deberá viajar a Mestalla, donde Aspas -al que le retiraron la tarjeta- y compañía se reencontrarán con su excompañero Maxi Gómez, "un grandísimo jugador que lleva el gol en la sangre".
"A nivel colectivo nos está tocando vivir dos temporadas realmente malas. Quizás en ésta las expectativas eran mucho más altas y lo estamos pasando mucho peor. De estos momentos también se aprende y mucho más que cuando va todo rodado", reflexionó, sobre la situación actual de la entidad.