Después de que el entrenador del Getafe, José Bordalás, cargase contra Santi Mina por simular y contra el Celta de Vigo por perder tiempo durante el partido. El centrocampista brasileño Rafinha Alcántara ha querido denunciar públicamente el mal estado en el que quedaron sus botas después del partido debido a la dureza con que la se emplean los futbolistas del conjunto azulón.
El jugador celeste fue uno de los once elegidos por Óscar García en el Coliseum Alfonso Pérez y disputó 62 minutos en el terreno de juego hasta que el técnico olívico decidió sustituirlo por Brais Méndez.
Un cambio que el propio entrenador del Celta explicó en sala de prensa: "Rafa llevaba arrastrando molestias durante toda la semana, ha sido duda hasta última hora. Sabíamos que no podía aguantar todo el partido y de ahí la sustitución".
Además de ello, Rafinha sufrió en sus carnes la dureza de medirse a un equipo como el Getafe y así lo ha mostrado en su cuenta de Instagram con una imagen publicada en sus historias.
El centrocampista muestra el estado en el que quedaron sus botas tras el partido. Una de ellas, la izquierda, tiene la puntera rota. Alcántara acompaña la imagen con unos emoticonos de cuchillos y espadas, además de la imagen de un muñeco haciendo un gesto claro: inexplicable.
Pese a ello, Bordalás se quejó en sala de prensa que "se nos sanciona muy rápido. La falta de Arambarri no es tarjeta amarilla. Tiene intención de un balón que cae del cielo de buscar la volea para marcar gol. Van dos jugadores a la disputa y es una percepción del árbitro que respetamos", dijo.
"Ha habido un penalti clarísimo a Mauro Arambarri que no entendemos por qué no se ha señalado o revisado. Ha habido intención clara de agarrar, se ha visto claramente. Habría cambiado el partido. No estamos teniendo suerte con ese tipo de decisiones", agregó.