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Historia celeste: el día que el Dépor prefirió perder para evitar el ascenso del Celta

Alberto Bravo

La guerra eterna entre Celta y Deportivo tiene muchos capítulos, pero sin duda el más ignominioso sucedió un domingo 21 de junio de 1987. El día que el Deportivo de La Coruña prefirió no competir y escogió perder con un único objetivo: que el Celta no lograse el ascenso directo a Primera división. Una fecha que ha quedado marcada en la historia de ambos clubes, ahora amigos.

El Deportivo se presentó ante el Castellón en Lugo, campo donde tuvo que jugar por el cierre de Riazor, sin ninguno de sus jugadores titulares, el objetivo estaba claro, buscar la carambola para que el Celta no lograse el ascenso directo a Primera División en la última jornada de la fase de ascenso, tal como recuerda para ElDesmarque Celta Historia.

La causa del cierre de Riazor fue por los incidentes sucedidos en el partido ante el Celta, un choque que se saldó 17 heridos como recuerda esta crónica del Diario El País. Ese encuentro había terminado con un 0-1 a favor del Celta obra de Baltazar.

Acción de ataque del Sestao (Foto: Sestao WordPress).

La clasificación indicaba que el Celta dependía de si mismo en su duelo ante el Sestao, incluso se podía permitir caer por la mínima en Euskadi, pero pero si los vascos ganaban por más de un gol y el Deportivo ganaba al Castellón se produciría un triple empate en cabeza. En este triple empate el equipo que lograba el ascenso era el Celta ya que el Deportivo había dilapidado todas sus opciones al haber caído contra el Celta.

Hagan en Las Llanas (Foto: Sestao WordPress).

Así que en esa tesitura el Deportivo optó por dejarse perder ante el Castellón para ver si el Sestao ganaba al Celta por más de un gol y ascendía en lugar que lo vigueses en el fratricida duelo de Las Llanas. Ese equipo dirigido por Eusebio Ríos, entrenador nacido en Portugalete, escogió ayudar al Sestao y no al Celta. Docobo, Calvo, Dacosta, Modesto, Cayetano, Agulló, Gil, Alfredo, Candil, Hidalgo y Castreje fue el once escogido ese domingo en el Anxo Carro

Entre los once titulares de esa tarde sólo el Flaco Gil era un jugador de peso en la plantilla herculina. Vicente Celeiro, con 22 goles; Donowa, con 9 o Jose Luis, con 8; sus tres máximos goleadores no estaban en el once con el que el Deportivo se enfrentó al Castellón. Para Castreje o Docobo era su primer partido en una temporada de 44 encuentros. Unos datos que demuestran el interés del Deportivo por caer ante el Castellón para así complicar el ascenso del Celta a Primera División.

Y sucedió lo que estaba planeado por el Deportivo, perder. Los herculinos cayeron 0-2, su parte estaba hecha, en la otra nada podían hacer. El Celta empataba sin goles en Sestao y ascendía de forma directa a Primera, a Sestao habían viajado 3.000 aficionados en un tren especial, el llamado 'tren del ascenso'.

La fiesta fue completa, a pesar de que el Deportivo hizo todo lo posible por arruinar el ascenso celeste. No lo lograron, pero esa tarde de domingo, ese 21 de junio de 1987, ese día en el que un equipo de fútbol llamado Deportivo optó por ser todo lo contrario, quedará en el recuerdo del celtismo. 

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