El jueves en España empezaba con una noticia triste: el exentrenador del Celta de Vigo, entre otros, y exjugador del FC Barcelona o el Sevilla FC, Juan Carlos Unzué, padece esclerosis lateral amiotrófica (ELA). A las 13.00 horas, el navarro ha comparecido ante los medios de comunicación en las instalaciones blaugranas y su mensaje ha sido de esperanza y optimismo puesto que, aunque no existe tratamiento, quiere aprovechar la oportunidad para dar visibilidad a esta enfermedad.
"Me siento un privilegiado por lo que me ha dado la vida hasta este momento, pero también por lo que puedo hacer a partir de este momento en referencia a enfermedades como la ELA, que a veces parecen invisibles", decía Unzué. "He podido percibir la invisibilidad y falta de recursos que hay en este país".
"He firmado por un equipo pequeño, unos 4.000 en este país. En el mercado de fichajes, desgraciadamente, suma tres caras nuevas cada día y también perdemos a tres compañeros cada día. He firmado por el equipo de la ELA", recalcaba Unzué, haciendo un símil entre la enfermedad y los números que la rodean y los tejemanejes del fútbol moderno.
"Ayudaré con la Fundación Luzón para ayudar en la calidad de vida de los compañeros de equipo con el que he firmado", proseguía el de Pamplona. Y hacía una petición de ayuda a "los clubes, ayuntamientos y empresas": "El domingo 21 de junio es el Día Mundial de la ELA, que iluminen sus edificios en verde para dar visibilidad" a esta enfermedad.
Explicaba además, cómo se había enterado de la noticia: "El pasado mes de febrero la doctora Povedado confirmó el diagnóstico que me dieron el pasado mes de agosto en el Hospital San Pau. Afecta de forma asimétrica a mis extremidades y no hay tratamiento ni cura, sólo unas pastillas que estoy tomando desde el primer diagnóstico y que ayudan a ralentizar la progresión de la propia enfermedad".
"Se ha roto el silencio esta mañana y me ha dado un poquito de pena. Lo digo porque muchos de mis amigos no lo sabían", afirmaba asimismo Unzué. "Lo llevo bien, estoy fuerte mentalmente para convivir con esta enfermedad".
Antes de despedirse definitivamente, Unzué ha dejado una reflexión final sobre lo que le ha tocado vivir:
"Me han dejado claro algo que sé desde hace tiempo, la gran capacidad que tiene el ser humano para adaptarnos y superar las distintas situaciones, en esta situación me ha llamado la atención que hay muchas ganas de seguir viviendo y disfrutando a pesar de las grandes dificultades. Porque la vida merece la pena, incluso cuando parece que las cosas se están derrumbando. Basta que seamos capaz de valorar lo esencial y lo esencial es tener el privilegio de que esta mañana nos hemos despertado todos los que estamos aquí".