El internacional cafetero Jeison Murillo marcó este domingo su primer gol con la camiseta del Celta de Vigo, en el que se ha consolidado como una pieza indiscutible en el eje de la defensa desde su llegada en el pasado mercado invernal procedente del Sampdoria.
Necesitaba el equipo vigués ganar al Deportivo Alavés para distanciarse de la zona de descenso después de las derrotas de sus rivales directos, y el central colombiano abrió el camino de la goleada (6-0) con su segundo tanto en el campeonato español, seis años después de estrenarse en LaLiga con el Granada frente al Real Valladolid.
"Es el líder de la defensa", admiten en el vestuario del Celta, que ya hace números para afrontar el esfuerzo económico que supondrá mantener en la plantilla al central sudamericano, al que Óscar García Junyent otorgó el papel de líder en estos últimos meses.
Murillo se ha adaptado rápido al equipo, beneficiado por su conocimiento del campeonato español, en el que ya jugó con Granada, Valencia y Barcelona. Poderoso físicamente, fuerte en el juego aéreo y en el uno contra uno, el colombiano ha dotado de mayor seguridad a la defensa del Celta, una de las líneas más débiles hasta su llegada.
Un excelente rendimiento defensivo que ante el Alavés estuvo acompañado de su acierto goleador, clave para que el Celta abriera el partido ante el conjunto vasco después de romper una sequía goleadora de más de 500 minutos.
"El primer gol nos dio mucha tranquilidad", apuntó tras el encuentro Denis Suárez, quien compartió vestuario con Murillo en el Barça: "Es un líder, dentro y fuera del campo. Espero que siga con nosotros el próximo año".
El tanto de Murillo, por su belleza e importancia, recordó al de hace un año de Iago Aspas contra el Villarreal, cuando el Celta también se estaba jugando la permanencia en la máxima categoría.
“Queríamos salir con sangre en los ojos y ha sido así. Es un triunfo importantísimo”, señaló Óscar García, que en los últimos minutos sustituyó al central colombiano, al que después se vio en la grada con una bolsa de hielo en la parte posterior del muslo izquierdo, pensando en el duelo del próximo miércoles contra la Real Sociedad en Anoeta.
Murillo no disfrutaba de una dosis de continuidad similar desde su paso por el Inter de Milán, con el que disputó 61 partidos entre las temporadas 2015-16 y 16-17. En su primer año en Valencia (2017-18) jugó 17 encuentros de Liga, pero a partir de ahí su protagonismo decreció: Un partido con el equipo de Marcelino y dos con el Barça en el curso 2018-19; y 10 con la Sampdoria en la primera vuelta del presente campeonato.
El rendimiento del colombiano, un central inteligente y fiable, también ha venido acompañado de los mejores minutos del mexicano Néstor Araujo en Vigo. Ambos forman una pareja innegociable para Óscar García Junyent, quien peleará por la continuidad de Murillo si sigue el próximo curso en Balaídos.