El Celta respira ante la falta de ofertas por Rafinha

El Celta de Vigo, la dirección deportiva y, sobre todo, el cuerpo técnico, quieren que Rafinha Alcántara siga enrolado en el cuadro olívico la próxima temporada. El FC Barcelona, con el que tiene un año más de contrato, acordó con el centrocampista una cláusula de rescisión de 16 millones de euros. El Celta no quiere llegar a esa cantidad y ahora juega con la ventaja de saber que a las oficinas del equipo azulgrana no ha llegado ni una oferta en firme por Rafinha.

Desde la Radio Galega apuntan a que el Celta tenía el temor de tener que pelear con algún equipo de la Premier League por Rafinha tras su buena temporada. Por el momento nadie ha presentado una propuesta al Barcelona por el hispano brasileño. Esto permite al Celta no entrar en una puja por el jugador.

La falta de ofertas en firme por Rafinha también posibilita que el Celta haga una oferta a la baja por el mediapunta. La intención, sabiendo de las acuciantes necesidades económicas del Barcelona, es bajar el precio de su salida hasta una cantidad que ronde los 10 millones de euros, muy por debajo de los 16 millones que aparecen reflejados como cláusula de rescisión en su contrato.

Desde la Radio Galega también señalan que, a día de hoy, la prioridad del club vigués es cerrar la continuidad de Jeison Murillo. El central colombiano, por el que existe una opción de compra de unos 15 millones de euros, ha cambiado la cara defensiva del equipo permitiendo que el Celta sea el conjunto menos goleado de la segunda vuelta.

La Sampdoria está obligada a comprar a Murillo por 15 millones de euros al Valencia, pero los italianos no quieren quedarse con el cafetero, de ahí su cesión al Celta en el mes de enero. El Celta negocia con ellos la continuidad del central contando con el beneplácito de un Murillo que quiere continuar en Vigo.

Algunas fuentes apuntan a que el acuerdo podría estar cercano debido al interés de las tres partes - Celta, Sampdoria y Murillo - en llegar a una solución que beneficie a todos. El precio de Murillo podría ser sensiblemente inferior a esos 15 millones de euros que la Sampdoria debe abonar al Barcelona. Para ello el Celta podría incluir distintos variables o el porcentaje de una futura venta que hagan factible el acuerdo.