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Explosión, depresión, alimentación y declive: la turbulenta etapa de Pione Sisto en el Celta

A la izquierda, Pione Sisto en su primera temporada en el Celta; a la derecha, en una de sus enigm
Periodista. Siempre desmarcado.

Finalmente, Pione Sisto ha fichado por el Midtjylland. El danés regresa a su club de procedencia, desde el que llegó al Celta de Vigo. De este modo, el extremo cierra una etapa con muchísimos altibajos en Balaídos. Con la camiseta celeste se consagró como uno de los jugadores con más capacidad de desborde del panorama europeo. Y los celestes, con él en sus filas, alcanzaron cotas difícilmente sospechadas en otros tiempos. No obstante, su etapa en el club se cierra de forma truculenta, 'culebrón' mediante. Un futbolista que dejó muchísimas luces, pero cuyos dos últimos años de sombras han emborronado una trayectoria que pudo haberse convertido en idílica.

Sisto celebrando su gol en el Ciutat (Foto: ElDesmarque).

Y es que Pione Sisto recaló en el Celta en 2016, a cambio de unos seis millones de euros. Una campaña que se antojaba muy importante, ya que el club, de la mano de Eduardo Berizzo, disputó la UEFA Europa League. Su sexta posición la campaña anterior le permitió pasearse por el viejo continente. Una competición que al danés se le daba bien: con el Midtjylland ya había disputado un puñado de partidos. De hecho, la temporada anterior anotó cuatro goles en siete encuentros.

Pione Sisto: de estelar en Manchester a 'caso perdido'

Su primera campaña como celeste fue muy positiva. Sin tener en su mano la titularidad, jugó 30 partidos en los que logró tres goles y cuatro asistencias. Para el recuerdo, su tanto al FC Barcelona que abría la lata en Balaídos y que el Celta venció por 4-3. No obstante, sus goles imborrables siempre serán los que marcó al Genk en los cuartos de final de la Europa League. Uno en la ida y otro en la vuelta dieron el pase a las semis, donde se encontraron con el Manchester United de José Mourinho. Los red devils vencieron, pero el tesón y el sacrificio de los celestes en una cita de tal calibre siempre quedarán en la memoria de todos los aficionados celtistas.

Pio

En la siguiente temporada, la 2017/2018, llegó la de su confirmación como titular. De la mano de Juan Carlos Unzué logró cinco goles y nueve asistencias en 34 partidos, con más de 2.500 minutos acumulados en LaLiga Santander. Eso sí, esa misma campaña ya hubo roces. Y es que el míster lo 'condenó' a un banquillazo en el tramo final de la temporada. En la campaña siguiente, la 18/19, su rendimiento y sus excentricidades corrieron una suerte inversamente proporcional. Mientras acumulaba indisciplinas, reflexionaba sobre la vida en su Instagram. Sus post enigmáticos extrañaban a los aficionados celestes, que no comprendían de qué venía todo aquello.

El inicio de unos problemas que aún traen cola

Pione Sisto, su masajeador y sus zumos de desayuno.

Además, sus hábitos alimenticios cambiaron drásticamente. Desde un reto comiendo solo fruta a vídeos con algo que parecían ser algas, bastante desagradable para la vista. La situación de Pione Sisto se convirtió en un problema a tratar, y el jugador recibió el apoyo del vestuario y de las altas esferas del club. Todos intentaron ayudarle. Incluso Fran Escribá, ya en el banquillo celeste, trató de recuperarle para la causa dándole una nueva oportunidad de jugar. Quizá con el balón en los pies se olvidaría de sus problemas.

Llegó el verano de 2019 y la intención del Celta fue la de vender al futbolista. No dieron con la clave del problema y entendieron que lo más sensato era separar sus caminos. Pione Sisto, que había decrecido en su rendimiento, aún gozaba de buen cartel en el extranjero. El Aston Villa realizó una oferta de unos 10 millones de euros para ficharle, y le ofrecía un sueldo que prácticamente quintuplicaba el que percibía como celeste. No obstante, el extremo decidió quedarse en Vigo y luchar por un puesto. Algo que, de hecho, logró hasta cierto punto.

Eso sí, con Pione Sisto nunca se sabe. Con el decreto del estado de alarma en España por la crisis sanitaria del coronavirus, el danés cogió su coche y se fue a Dinamarca con su familia. Afirmaba que se sentía solo y que quería estar cerca de los suyos en unos momentos tan difíciles. Todo ello sin conocimiento previo del club. Además, a la vuelta volvió a protagonizar algún problema.

Pione Sisto realizándose los test del coronavirus en A Sede (Foto: A.B.).

En primer lugar no se presentó a las primeras pruebas PCR para retomar los entrenamientos. Por tanto, según el protocolo de LaLiga, no podía incorporarse. Eso sí, para no perder la forma, el jugador entrenaba en el jardín de su casa. De hecho, retransmitía sus rutinas a través de directos de Instagram y, cuando acababa, compartía una reflexión con sus seguidores. Cuando no, publicaba vídeos paseando por la ciudad de Vigo a las cinco de la mañana, pocas horas antes del inicio de los entrenamientos.

Pero no ha sido la última. Cuando su venta al Copenhague estaba cerrada, Pione Sisto no se presentó a las pruebas médicas y el club danés anunció la ruptura de las negociaciones. El extremo dejó colgado al equipo para ir al Midtjylland, que por fin, ha cerrado su etapa como celeste.

La infancia de Pione Sisto: de la guerra al bullying y el racismo

Pione Sisto tiene la nacionalidad danesa pero es originario de Sudán del Sur. El país, sumido en guerras civiles desde 1955, sufrió millones de muertos, y aún más se vieron obligados al exilio. Entre ellos, la familia Sisto. Cuando su madre estaba embarazada de él, decidieron huir del país. Tuvieron muchas dificultades, pero en 1995 llegaron a Uganda y allí nació Pione. Poco después de su nacimiento, Dinamarca se decidió a acoger refugiados de esta guerra y así aterrizaron en el país nórdico. Llegaron a Skive, ciudad danesa donde el pequeño de los Sisto dio sus primeras patadas a un balón. Muy pronto despertó el interés de los ojeadores de todo el país.

Ya asentado como profesional, Pione decidió volver a Sudán del Sur, ya reconocido como país en 2011. “Cuando estuve allí me pregunté si de verdad venían de ahí mis padres. Es totalmente distinto ver como vive allí la gente y los recursos que tienen. Para mí era muy importante conocer de donde vengo”, admitió en una entrevista al portal francés BT Sport en 2013.

Del mismo modo, este mismo año ha admitido que tuvo una infancia difícil debido al racismo. El hecho de ser diferente, de ser negro en un país de (muy) blancos, le procuró un trato diferente al de otros niños. "Los padres de los compañeros de clase se quejaban indignados por el color de mi piel. Les escuchaba decir cosas como 'ahora juega a la pelota' y luego algo feo sobre el color de mi piel que no repetiré. Solo porque no me parezco a la mayoría de los niños daneses. Me sorprendió que los padres actuaran así con un adolescente, compañero de equipo de sus propios hijos", reconocía en una entrevista al medio danés Politiken.

Eso sí, él siempre ha estado orgulloso de sus raíces. Tanto es así que sus padres le sorprendieron con una danza étnica en su primera rueda de prensa como jugador de la selección de DInamarca en categorías inferiores.

De hecho, en la misma charla desvela que llegó a sufrir depresión durante el Mundial de Rusia en 2018. "No podía soportar que me criticaran cuando no me fue tan bien en los partidos previos al Mundial y durante el torneo. No podía olvidarlo porque luchaba también contra mí mismo y mi cuerpo. Toda la confianza que gané contra Panamá la perdí en tres partidos", admitió. Y es que pasó una factura terrible al extremo, que ya solo podía pensar en volver a casa. "Todo en conjunto me provocó una depresión, estaba hecho una mierda. No sabía lo que quería hacer".

Ahora, a sus 25 años, Pione Sisto regresa a un lugar conocido. El extremo volverá a Dinamarca, a su hogar, y al equipo donde dio sus primeros pasos como profesional. Todavía tiene tiempo más que de sobra de relanzar su carrera y volver a disfrutar del fútbol. El Celta, por su parte, pierde a un futbolista que, cuando estuvo bien y centrado en el fútbol, siempre fue diferencial. Solo cabe desear que recupere ese bienestar en las filas del Midtjylland.

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  1. SantiLago

    De bien nacido es ser agradecido. A pesar de su declive y extraños comportamientos en los 2 últimos años, hay que agradecerle los buenos momentos de fútbol y bonitos e importantes goles que nos regaló. A "cabesiña" nos juega malas pasadas y yo espero que se recupere de sus problemas y vuelva a recuperar ese fútbol que lleva dentro y disfrute de la vida en su nueva etapa. Seguro que aún dará muchas alegrías a sus seguidores. Ánimo y mucha suerte, Pione, y gracias por los buenos momentos que nos has dado.

  2. emilio

    deixao ir,non aportaba nada,penso que hasta os compañeiros de equipo estaran contentos co a sua marcha,hay que facerlle un examen sicologico a certos xogadores que se fichen.adeus e non volvas por estes lares.