El Celta de Vigo ha logrado ganar a domicilio, sumar su segundo triunfo a domicilio, dejar la portería a cero y salir del descenso. La felicidad ha llegado a Vigo de la mano de Eduardo Coudet. El 0-2 ante el Athletic Club corrobora las buenas sensaciones que está dejando el equipo desde la llegada del argentino al banquillo celeste.
Ni cinco minutos tardó Iago Aspas en dar el primer pase de gol. El moañés asistía a Santi Mina en el primer ataque celeste pero el vigués, ya escorado, vio con el pie de Unai Simón despejaba su disparo, ajustado al primer palo. El Celta avisaba pronto a un Athletic que gozaba de la posesión del balón.
Replicaban los leones con un pase a la línea de fondo de Vencedor a Williams. El extremo rojiblanco ponía un ajustado centro al palo corto y Muniain, que le ganaba el espacio a Tapia y Murillo, rozaba el gol con un disparo que se marchaba pegado al palo.
Los de Coudet, con las líneas más bajas, encontraban de nuevo el espacio para generar una nueva ocasión de gol. Lucas Olaza probaba fortuna con un disparo donde el efecto al balón provocó que la pelota se fuese por línea de fondo. Una mala salida a un saque de esquina de Rubén Blanco y un remate lejano de Vesga reflejaban el control que tenían los locales sobre el juego.
El encuentro apenas dejaba noticias, la pelota no se acercaba a las áreas hasta que un buen robo de Brais Méndez terminó con un centro de Olaza que envenenó Unai Núñez. El despeje del central bilbaíno se fue rozando el palo de Unai Simón. Los celestes, en los últimos diez minutos de la primera parte, daban un paso adelante con un Denis muy acertado en la distribución.
El Athletic cerraba la primera mitad desaprovechando un buen ataque. La indecisión de sus delanteros, que tuvieron opciones claras para rematar, sirvieron para que el Celta se fuese al descanso con el marcador inicial. Los locales controlaron más minutos el encuentro pero las ocasiones más claras fueron para los pupilos de Coudet.
Berenguer abría las hostilidades en la segunda mitad con un peligroso remate que buscaba el segundo palo. No tardaba Williams en volver a ganarle la carrera a Olaza para buscar un centro que en esta ocasión se iba muy desviado. El Athletic, como había sucedido en la primera mitad, intentaba apretar en los primeros minutos.
Murillo cometía una clara falta que suponía su quinta amarilla de la temporada, así que Coudet no podrá contar con el colombiano ante el Cádiz. El primer ataque con cierto peligro de los vigueses llegaba por medio de las botas de Denis Suárez, un centro que despejaba la zaga rojiblanca. Una combinación entre Nolito, Denis y Aspas terminó en saque de esquina. El moañés, muy forzado, pudo disparar tras salir trastabillado del primer regate, el Celta se hacía con la pelota y jugaba en el campo del Athletic, acorralando a su rival.
Santi Mina anotaba a pase de Aspas, pero el moañés estaba en fuera de juego y el VAR ratificaba la posición ilegal del delantero del Celta. Era el anticipo del disparo que sí iba a subir al marcador. Mallo, que entró con todo, se aprovechó de un centro de cabeza de Santi Mina a pase de Denis para poner el 0-1 en el 60'.
El botín era muy importante y Coudet buscaba conservar esa ventaja dando entrada a Aidoo por Nolito. El Celta pasaba a jugar con cinco hombres en defensa. Mendilibar agotaba los cambios metiendo toda la artillería al campo pero era el Celta el que lograba el gol. Aspas remataba un robo de pelota de Brais Méndez tras un mal pase de Unai Simón y ponía el 0-2 en el 78'.
Ahora al Celta le tocaba aguantar el último cuarto de hora para sumar la segunda victoria consecutiva y salir de los puestos de descenso. Los vigueses, aún retrasados y replegados en su campo, apenas daban oportunidades a los leones para acercarse en el marcador.
Los minutos pasaban y el Celta sabía que la victoria, la cuarta en liga en toda su historia en San Mamés, no corría peligro. El Celta sumaba una nueva victoria de la mano de Coudet con Mallo y Aspas como goleadores.