Media hora de pesadilla, el Celta de Vigo instalado en la Noche de Reyes, empeñado en regalar goles a sus rivales. Así tiró por la borda un partido que iba a ser complicado ante un duro Villarreal, un encuentro en el que volvió a quedar patente que sin Aspas, Nolito y Tapia el cuadro vigués es un conjunto mediocre, sin alma, sin ganas y sin espíritu. Coudet recordaba que "la actitud no se negocia" pero en estos momentos no es que no se negocie a la baja, es que directamente no existe.
Lograr un buen resultado sin Iago Aspas, esa era la misión casi imposible para el Celta de Eduardo Coudet. Sin el moañés en el campo sus compañeros solo lograron ganar uno de los últimos 16 partidos de Liga. Como si de una maldición se tratase los celestes regalaron el gol a Gerard Moreno antes del minuto cinco. Okay Yokuslu daba un pase comprometido a Denis Suárez, este controlaba mal la pelota y Parejo le robaba el esférico. El centrocampista del Villarreal asistía a su delantero, que sin marca, batía a Rubén Blanco.
El Celta repetía la pesadilla de Can Misses, como si la Noche de Reyes fuese un bucle eterno, los vigueses volvían a fallar en la salida del balón poco después para dar un nuevo obsequio al Villarreal. En el 15' Moi Gómez marcaba el segundo tras pase de un Trigueros al que le había llegado la pelota en un mal pase de Rubén Blanco. El goleador pudo disparar a placer porque Araujo ni siquiera estaba cerca para tapar la línea de pase.
La debacle de Can Misses podría llegar a ser una broma al lado de la posible humillación que podía recibir el Celta porque en otro regalo que ni siquiera los Reyes Magos se atreverían a entregar el Celta encajaba otro gol. En el minuto 18 los vigueses perdían 0-3 con una tragada de Rubén Blanco, que se comía una falta lateral de Parejo. En una pesadilla después de Navidad sin fin tocaba seguir encajando, porque la zaga celeste se abría tanto que Gerard Moreno asistía a Fer Niño para poner el 0-4. El joven delantero remató completamente solo en un nuevo regalo de la defensa celeste.
Tuvo una ocasión Beltrán, una anécdota en el averno en el que el Celta se había instalado en este 2021, un equipo que pudo terminar la primera parte con un humillante 0-5 de no mediar el palo en un postrero remate de Fer Niño en otro error de los pupilos de Coudet, que con su gesto en el banquillo dejaba claro su terrible enfado por lo visto sobre el campo.
Coudet decidía quitar en el descanso a Baeza del partido para dar entrada a Holsgrove, que debutaba en Primera División en un partido sentenciado. No olvidaría el día por esos dos motivos el hombre que mejor aprovechó la oportunidad en Ibiza. El escocés dejaba detalles de su calidad nada más entrar al campo dejando claro que con el actual nivel de Beltrán, Baeza y Okay el joven centrocampista puede tener más minutos.
La segunda mitad era un trance que había que pasar, al menos el Villarreal no buscaba hacer más sangre, su presión era menor y los vigueses no cometían tantos errores. Pasaban los minutos sin que nada sucediese, lo mejor que le podía pasar a los celestes. Gerard Moreno tuvo el quinto en sus botas pero su disparo, suave y al medio, era detenido por Rubén Blanco. La derrota quedaba en un segundo plano ya que en ese momento se daba la noticia que Eusebio Sacristán salía del coma inducido en el que se encontraba tras ser operado por un traumatismo craneoencefálico producido por una caída fortuita.
Entraba Alfon al campo en lugar de Fran Beltrán. El extremo manchego también era capaz de demostrar su calidad nada más debutar en Primera División. Los dos debuts eran lo único salvable de un pésimo Celta que añoraba a Aspas, Nolito y Tapia. Toca reflexión de todos los estamentos del club tras dos humillaciones seguidas que dejan tocado al equipo, no por puntos, pero sí por sensaciones de unos jugadores que no están para tener minutos en Primera.