El Celta de Vigo no pudo sumar en su visita al Benito Villamarín y consumó ante el Real Betis la cuarta derrota consecutiva, tercera en liga. Los de Eduardo Coudet, que antes de verse inmersos en esta racha de resultados negativos venía de encadenar siete partidos sin perder de los que había ganado seis de ellos. Dos rachas totalmente opuestas que hacen del cuadro celeste una montaña rusa de resultados.
Un doblete de Sergio Canales fue suficiente para alargar la crisis del Celta en su visita a Heliópolis. Una jornada más desde que no está Iago Aspas, los olívicos volvieron a acusar la eficacia goleadora, y eso que Santi Mina abrió la lata con un tempranero gol. Pero entonces, el cántabro del Betis, bien auxiliado por Nabil Fekir y Diego Láinez, se erigió como héroe de los suyos para darle la vuelta al marcador. El Celta quiso reaccionar, pero le faltó más mordiente ofensiva.
El del Villamarín era un duelo entre dos equipos igualados a puntos en la zona media de la tabla y con el reto de engancharse a la pugna por Europa. Pero sin Aspas, el conjunto vigués está muy lejos de lo que es con su gran referente. Su baja, sin ir más lejos, ha coincidido con las dos goleadas (el 5-2 en Ibiza y el 0-4 con el Villarreal) que encajaba el equipo antes de visitar la capital hispalense.
El final de enero es clave para el Celta. Primero, se verá las caras con la SD Eibar en Balaídos. Un partido para el que Coudet pierde a Jeison Murillo y Denis Suárez, por lesión y sanción, respectivamente. Los armeros visitarán el feudo olívico en horas bajas, solo dos puntos por encima del descenso. Una victoria ayudaría a los celestes afrontar el último partido del mes con más garantías. Será ante el Granada, que si todo va como se espera en el Celta, será un rival directo por Europa.