Paco Herrera no se olvida de Vigo ni del Celta: "Creo que dejé buen recuerdo allí"

Paco Herrera no ha dicho su última palabra. O al menos esa es su intención a corto-medio plazo, tal y como ha dejado claro en una entrevista en exclusiva para la web Entrenadores Fútbol España, donde ha hecho un amplio repaso de su carrera en los banquillos. Y en la misma, ha tenido un cariñoso recuerdo del Celta de Vigo, de su afición y de la ciudad. Porque Herrera sabe que es un entrenador-bombero, de los que llegan en situaciones de crisis, pero también que lograr los objetivos allá donde vaya es lo más satisfactorio de su trabajo.

"Le tengo muchísimo cariño. Todavía hablo con gente de allí", reconoce Herrera cuando le preguntan por el Celta. "Empezamos con un inicio difícil. El año anterior de estar yo se había salvado del descenso a Segunda B en un último partido y de manera agónica", recuerda, reseñando que "era un club que había que construirlo. Y esos son los retos que a mí me gustan. Además, a mí también me gusta apostar por gente joven. Y aparecieron Hugo Mallo, Iago Aspas…".

"El primer año perdimos el ascenso en la eliminatoria de semifinales ante el Granada y el segundo año ascendimos", continuaba rememorando el de Barcelona, hijo adoptivo de Badajoz.

Resaltaba asimismo que su paso por Vigo fue uno de los que más le han marcado en su trayecto como entrenador: "Creo que dejé buen recuerdo allí. Y para mi fue una alegría tremenda cuando regresé y me encontré una enorme pancarta que decía algo así como 'Paco Herrera, muchas gracias por lo que hiciste, no lo olvidamos'. Eso se me quedó muy dentro. Y me hizo pensar: ‘Caramba, cuánta felicidad veo aquí’".

Herrera no se retira... de momento

Tras un fugaz paso por el Aris de Salónica y un regreso a la UD Las Palmas, la última aventura de Paco Herrera ha tenido lugar en el Birmingham de la Segunda división de Inglaterra, para "ayudar a un amigo", según señalaba en la entrevista. Y tuvo que volverse a España de forma precipitada y, de momento, está sin equipo.

Pero esto no es un adiós precipitado o al menos eso espera: "Yo no he dicho públicamente que me retiro. Pero sí que se lo comenté a amigos que son posiblemente los que lo han transmitido. Espero no haber dicho la última palabra. Llevo tanto el fútbol en la sangre que ahora estoy como un gato encerrado en casa. Pero a la vez voy entendiendo que quizás éste sea el final. No va a depender de mí, desde luego". 

Respecto al tema de ser entrenador-bombero, como ocurre también con Manuel Pellegrini o Juan Ignacio Martínez (JIM), Herrera se resigna: "No te queda otra. Si quieres continuar no te queda otra. Antes el fútbol era de otra manera. Era muy difícil que un club apostara por un jugador de la casa. Ahora es muy difícil que alguien apueste por un técnico de elevada edad".