Haim Revivo, la exótica estrella del Celta de Vigo llegado desde Israel a finales de los años noventa, confesó en Panenka que está muy desconectado del deporte que le acompañó toda su vida. El habilidoso atacante hebreo, que ahora tiene 48 años, apuntó que su amor por el fútbol se ha quedado reducido a la mínima expresión y que solo ve partidos de la Champions League. El exfutbolista confiesa que en su etapa en activo se "comportaba como un robot. A veces, no sentía ninguna emoción ni felicidad".
Preguntado por su grado de amor por el fútbol Revivo contestó que "menos. Si había llegado al cien, hoy es de diez". El exjugador del Celta agregó que "una vez cerré esa etapa, preferí apartarme del fútbol. Durante mi carrera, había sido un autómata. Crecí jugando, sin pensar en ello".
Revivo explicó que en su infancia solo tenía dos caminos, la pelota o la delincuencia: "En el lugar donde crecí, solo podías optar por el fútbol o el crimen. Tuve amigos que murieron asesinados, otros que acabaron en la cárcel... A nuestra familia no le faltaba comida, pero no éramos de clase media. Sigo siendo muy sensible a las necesidades de la gente más débil".
De su etapa como futbolista, siendo una estrella en el Celta de Vigo o en el Fenerbahce, reconoce que no era algo que le produjese felicidad ni alegría: "Lo hacía y punto. Así se comporta un robot. A veces, no sentía ninguna emoción ni felicidad, pero siempre hay un partido, un papel que desempeñar, un equipo y una selección". El hombre que puso en pie a todo el celtismo con la histórica victoria en Anfield Road ante el Liverpool apunta a que trata de reconciliarse con la pelota tras haberse apartado del fútbol de manera voluntaria.