Este próximo domingo se cumplirán 27 días de un anuncio oficial que el celtismo y Lucas Olaza no querían que se produjese, el de la salida del lateral uruguayo del Celta de Vigo. El club lograba su objetivo y se desprendía de un jugador por el que no quería pagar los cuatro millones de euros que había pactado con Boca Juniors unos meses antes, cuando ya dejó que el defensa se despidiese de sus compañeros de vestuario.
Solo la derrota ante el Mallorca y el miedo al descenso provocó que el Celta renegociase la cesión de Olaza, que este mes de enero volvía a vivir la misma pesadilla, solo que este 31 de enero el Celta anunciaba su marcha definitiva al Valladolid. Ahora regresará a Balaídos con la elástica blanquivioleta cuando siempre quiso seguir vistiendo la celeste.
Ahora Lucas Olaza deberá tapar a Brais Méndez y Hugo Mallo, cuando no hace tantos días entrenaba con ellos y en los partidos buscaba sus caras en la otra banda para combinar con ellos. El uruguayo se tendrá que cambiar en un vestuario que no conoce, el de los visitantes, donde no aparecerá su taquilla ni su nombre, usará el mismo pasillo pero el destino final será distinto.
Saludará a sus antiguos compañeros, especialmente a Fran Beltrán, su mejor amigo en el vestuario, el que más lloró la marcha de Olaza. Su llegada a Vigo y a Balaídos le traerán a la cabeza infinidad de recuerdos, buenos y malos, pero deberá dejar de lado sus sentimientos y ayudar al equipo que le acogió cuando el Celta priorizó los fríos números al trabajo y rendimiento mostrado por el defensa en los 65 partidos que jugó con el primer equipo. 24 encuentros más son los que sumó con el Celta B, tres años en Vigo y en el club donde quería seguir disfrutando del fútbol y de su carrera que ahora le llevará a enfrentarse a los que han sido sus compañeros hasta hace unos días.
MUCHAS GRACIAS por el cariño y apoyo! Espero que me recuerden de gran manera al igual que yo a todos ustedes💙 pic.twitter.com/Unqv7xUqM4
— Lucas Olaza (@LucasOlaza) February 1, 2021
"Luego de dos años, me toca despedirme... Solo tengo palabras de agradecimiento hacia mis compañeros que desde que llegué me han tratado con mucho cariño y respeto, a todos los empleados del club, que trabajan diariamente para que no nos falte nada y dejan todo por nosotros", así se despidió Olaza de Vigo y del celtismo, el domingo le volverá a decir hola y volverá a disfrutar, aunque sea por 90 minutos, de Balaídos.