Emre Mor sigue recuperándose de su lesión. Tras ser operado por los servicios médicos del CCelta de Vigo a principios del mes de abril se estimó un tiempo de baja de cuatro a cinco semanas que están a punto de cumplirse sin que el extremo turco haya podido podido comenzar a realizar trabajo de campo aunque sea en solitario. Emre Mor no juega desde el pasado 24 de enero, cuando su pubis no aguantó más. Desde ese duelo ante el SD Eibar han pasado más de tres meses. Una nueva temporada ruinosa para los intereses de un Celta que busca cómo poder librarse del jugador este verano.
498 minutos repartidos en 11 partidos de Liga y 125 minutos en dos encuentros de Copa es la exigua participación de Emre Mor en la temporada de su redención. Un gol y una asistencia ante el UD Llanera es el canto del cisne del jugador otomano. La inversión más ruinosa en la historia reciente del Celta de Vigo. Un fichaje de 13 millones de euros y una ficha, por cada una de las cinco temporadas que firmó, de unos dos millones de euros brutos. Casi 23 millones que se han ido por el sumidero.
Tras su nulo rendimiento, su escasa profesionalidad y su mala actitud desde su llegada a Vigo el Celta buscó su salida verano tras verano. Emre Mor fue apartado del equipo y castigado en reiteradas ocasiones hasta que el club logró su cesión al Galatasaray, donde se reencontraría con Fatih Terim, al que considera su padre futbolístico. Su paso por Turquía fue otro fracaso que terminó de forma prematura con una cesión al Olympiakos en la que solo jugó unos minutos.
Una temporada de cesiones y un regreso a Vigo para pedir perdón y redimirse. Así fue su pasado verano, en pretemporada se le vio con ganas y dejó detalles de su calidad. Pero con el comienzo del curso se fue diluyendo, llegaron los problemas físicos y desde noviembre solo ha jugado 142 minutos. El turco sigue trabajando en su hogar para recuperarse de una pubalgia que intentó tratar en Dubái, un polémico viaje que no gustó en el cuerpo técnico, y de la que finalmente se tuvo que operar.
Parece imposible que juegue un solo minuto más este curso, que termina en poco más de 15 días. Llegará un nuevo verano y Emre Mor entrará en su último, el quinto, año de contrato con el Celta. El club es consciente de que no podrá lograr un traspaso, por mínimo que sea, de ahí que trabaja en una rescisión de contrato que parece complicado que acepte el jugador o en una nueva cesión que le permita liberar parte de su alto salario.