Lautaro de León no ha vivido la temporada soñada en el Celta B. Tras un espectacular arranque el delantero vio como todo el curso ha estado marcado por una grave rotura fibrilar que le hizo perderse un buen número de partidos y regresar a los terrenos de juego lejos del nivel del resto de sus compañeros. La que estaba marcada como la campaña de su explosión, especialmente tras su encuentro ante el Real Unión de Irún, se terminó convirtiendo en una campaña de aprendizaje y superación personal que le valdrá para afrontar la 2022/23 sabiendo que deberá ser uno de los referentes de un filial que poco se parecerá al que ha peleado hasta la última jornada de Liga por clasificarse para la fase de ascenso.
Lauti terminó el curso jugando un total de 26 partidos. Solo el 10 fue titular. El delantero acumuló un total de 1.113 minutos sobre el terreno de juego en los que marcó cuatro goles y dio cuatro asistencias. Perderse por lesiones y otros problemas un total de doce encuentros impidió ver la mejor versión de un atacante que aspiraba a ser el referente ofensivo de un filial que contaba solo con Miguel Rodríguez y Fabrício como delanteros para competir por dos puestos.
Con un año más de contrato por delante, hasta junio de 2023, Lauti y el club deberán sentarse para negociar su continuidad. Con 21 años el futbolista aún está en pleno proceso de crecimiento. En su cuenta de Instagram reconoció que "no fue un gran año en lo personal, pero me quedo con todos los momentos vividos con todos y cada uno de los que formaron parte de el".
Para el curso 2022/23 espera "recargar pilas para volver más fuerte y con más ganas que nunca" junto a los pocos compañeros que formarán parte de un filial que perderá a la mitad de su plantilla. Por ello Lauti y Miguel Rodríguez deben ser los referentes de un equipo que volverá a pelear en la Primera RFEF mientras no pierden de vista el primer equipo.