En la previa del Celta de Vigo-Real Betis muchas miradas estaba puestas en el regreso de Borja Iglesias a Vigo. Su salida del club sin haber tenido apenas oportunidades en el primer equipo. Tras una exitosa cesión al Real Zaragoza el Panda apostó por salir traspasado al RCD Espanyol tras comprobar que en Vigo apenas tendría oportunidades tras ver como el club firmaba temporada tras temporada a delanteros como Rossi, Guidetti o Maxi Gómez olvidándose de los más de 60 goles que el santiagués había marcado con el Celta B en cuatro temporadas. Su salida dividió al celtismo entre los que defendían que el club no había apostado por el jugador y los que creen que se fue porque el club no le garantizaba un puesto de titular en el equipo rechazando una importante oferta de renovación que el entorno del delantero siempre negó que hubiese existido.
Años después estas dos formas de ver la salida del Panda siguen vigentes. Defensores y detractores de Borja Iglesias siguen debatiendo sobre lo sucedido en su marcha al Espanyol en la temporada 2018/19 por 10 millones de euros. Lo que nunca se había visto es como un mismo aficionado era capaz de cambiar de opinión en cuestión de segundos al saber que Borja Iglesias iba a escuchar lo que decía de él en El Día Después de Movistar.
🤣🤣 ¿@BorjaIglesias9?
- ''Yo del Panda no hablo''.
- Le vamos a tener en el programa.
- ''Ojalá te tuviéramos aquí...''#ElDíaDespués pic.twitter.com/ot4cv45dmV— El Día Después en Movistar Plus+ (@ElDiaDespues) October 3, 2022
Del "yo no hablo de Borja Iglesias. Yo del Panda no hablo" a "yo no lo ficharía para el Celta". En cuestión de segundos, tras conocer que el delantero del Betis iba a escuchar lo que decía sobre él, cambio de opinión recordando que es "genial" y "un tío encantador" y que "ojalá estuviese en el Celta". "Supermajo, montaron lo del Panda Team. Tenían un ambiente cojonudo, es un jugadorazo", siguió explicando asegurando que "va a ir al Mundial y se va a inflar a meter goles". Una opinión que el propio Borja Iglesias estaba escuchando mientras no podía aguantarse la risa.