Gabri Veiga ha vivido, probablemente, uno de los encuentros más atípicos de toda su carrera. El canterano, una de las grandes sensaciones ya no solo del Celta de Vigo, sino de LaLiga Santander, firmó un golazo de bandera en los Juegos del Mediterráneo. Fernando, portero del Almería, solo pudo contemplar la increíble parábola de su lanzamiento.
Todo era felicidad. Los de Coudet, tras un mal partido ante el Getafe, volvían a sonreír. Sin embargo, y como dice el refrén, "a perro flaco todo son pulgas". Tan solo siete minutos después, Veiga fue expulsado.
En un primer momento, Del Cerro Grande no tomó esa decisión al señalar falta del centrocampista sobre Robertone. Hasta que apareció el VAR. Con una rápida revisión y un único fotograma, el trencilla decidió modificar su decisión y dejó con diez al Celta en el minuto 31 de partido.