Tres jugadores del Celta de Vigo disputarán el Mundial de Qatar a partir de este domingo. Joseph Aidoo y Luca De la Torre van convocados con Ghana y Estados Unidos respectivamente, mientras que Orbelín Pineda -cedido en el AEK de Atenas- hará lo propio con la selección de México. Ninguno de ellos se enfrentará, al menos en fase de grupos, a la selección anfitriona que tiene entre sus filas a un jugador con un pasado, breve eso sí, en A Madroa.
Se trata de Bassam Al-Rawi, que actualmente milita en las filas del Al-Duhail de la liga qatarí. Nacido en Bagdag su padre Hisham Ali Al-Rawi fue internacional con Iraq en la década de los noventa. De hecho, su nacionalización no estuvo exenta de polémica, puesto que consideraban que contravenía la normativa de la FIFA por no haber residido allí durante cinco años.
Pese a esto, ha sido internacional con la selección qatarí en 51 ocasiones y ha participado en torneos como la Copa América o la Copa Asia, de la que se proclamó campeón en 2019. En uno de esos partidos, precisamente ante Iraq, fue protagonista por marcarle un gol.
Dio sus primeros pasos como futbolista en la Academia Aspire antes de pasar a la cantera del Al-Rayyan y de allí salió cedido al Juvenil A del Celta en 2016.
En su época en A Madroa coincidió con Brais Méndez -que en aquella época lo alternaba también con el Celta B-, Yelco Alfaya, Álex Rey o Alberto Solís. Llegaba con la vitola de ser un jugador con caché internacional, puesto que ya había participado en el mundial sub 20, y se esperaba que para la temporada 2016/2017 tuviera ficha del filial.
Pero, finalmente, acabó emprendiendo otra aventura en el fútbol europeo jugando en el filial del KAS Eupen, otro de los equipos que es propiedad de la academia Aspire.