Pese a que renovó con el Celta de Vigo hasta 2027 este mismo verano, Rubén Blanco finalmente acabó saliendo cedido al Olympique de Marsella en busca de los minutos que le habían faltado los últimos años. El de Mos se toma esta experiencia como un 'Erasmus' y, mientras tanto, disfruta de un equipo histórico de Europa que ha disputado la UEFA Champions League.
Eso sí, por el momento tampoco parece que esté teniendo mucha suerte, ya que en Ligue 1 tan solo ha podido disputar tres partidos y está a la sombra de Pau López. Aún así, no se arrepiente de haber tomado esta decisión, tal y como ha asegurado en una entrevista concedida a SER Deportivos Vigo.
"Estoy contento porque Pau López me facilitó la adaptación cuando llegué. Era la primera vez que salía de casa, no sabía qué me iba a deparar y lógicamente, sabía lo que había. Es un grandísimo portero, compito con él y estoy aprendiendo un montón y viviendo experiencias nuevas", asevera.
Sobre su adaptación a Vigo asegura que "cuesta menos de lo que pensaba. La calidad de vida que hay en Francia es espectacular, muy parecida a la vida española. Pensé que la liga tenía un nivel inferior, y a casi todos los equipos cuesta un montón ganarles. Quizás la mayor diferencia es que es una liga muy física y que se juega mucho a los duelos".
Formado y desarrollado en la cantera celeste, es la primera experiencia fuera de casa de Blanco. Por eso mismo, admite que le costó bastante dar el paso para tomar esta decisión.
"Nunca había salido. Sigo estando muy agradecido a todo lo que me dio el Celta, pero era la decisión que había que tomar. Era difícil, pero a veces hay que tomar decisiones", afirma.