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Osky Román, una historia de amor por la vida y el Celta

ElDesmarque

Óscar Román, conocido como Osky Román, es uno de los miles de aficionados que cada quince días acude a Balaídos para animar al Celta de Vigo. "No se pierde un partido", confesaba su madre recordando que su amor por el Celta surgió "con solo dos años". "El Celta es lo mejor que hay en esta vida", bromeaba él. Un sentido del humor del que ha tenido que tirar para superar uno de los momentos más complicados de su vida con solo 24 años. Un año después de pensar que su vida había terminado en una sala de quirófano pudo disfrutar de su gran amor, el Celta, y sus jugadores. En Afouteza recibió el cariño de toda la plantilla.

Tras empezar a encontrarse mal, con muchísimo dolor, tuvo que ser intervenido de urgencia por la insistencia de su madre para que le realizasen una colonoscopia. "Del alta que le querían dar a estar en la UCI". "Si le hubiesen dado el alta en el primer bache que cojas se te muere", confesaba su padre. Su hermano recordaba estos complicados momentos: "Te dicen que igual no sale, que tiene un diez por ciento de posibilidades...".

Cervi con Ósky Román (Foto: RC Celta).

"Me operaron tres veces, en la segunda me desangré y casi no vuelvo", recordó Osky Román. "En la tercera me dejaron el intestino fuera", acompañado de una amiga, Jenni Rivas, que no le abandonó ni un solo instante: "Gracias a ella sigo aquí". Su amiga también recordaba que a pesar del dolor y de tener que preocuparse solo de su salud siempre preguntaba cómo le iba al Celta porque no podía ir a ver los partidos ni saber los resultados: "Hasta en los peores momentos era fiel a su equipo".

Su amor por el Celta hizo que volviese a Balaídos con 20 kilos menos y parte de su estómago fuera: "Quería volver a mi vida de antes, aunque tuviese 20 kilos menos y el intestino salido". Para poder ir al Celta "no comió ni bebió para poder aguantar el partido", confesó su madre. "El primer día que salió de casa fue para ir a Balaídos", reveló su hermano. Osky confiesa ahora que "fue una temeridad, lo pienso ahora mismo y no volvería".

Los jugadores del Celta sabían de su enfermedad y lo cerca que estuvo de morir. Fran Beltrán, Miguel Baeza o Unai Núñez se preocuparon de su estado de salud. Gabri Veiga, Carles Pérez e Iván Villar fueron los encargados de darle una sorpresa: "Estamos muy contentos de que todo haya salido bien, eres un ejemplo y estamos deseando conocerte". "Sabemos que lo has pasado un poco mal y queríamos alegrarte un poco así que te esperamos en Afouteza", le dijo Carles Pérez.

Y llegó la visita al entrenamiento del Celta en Afouteza. La plantilla le hizo un pasillo de honor. Aspas bromeaba, "mientras no te dé Aidoo estás bien". Entre aplausos fue saludando a toda la plantilla. Carlos Carvalhal confesó que estas "historias" de superación "son una inspiración". "Te dieron un diez por ciento de posibilidades y aquí estás. A nosotros nos dieron un veinte y aquí estamos", destacó el entrenador celeste. El capitán Hugo Mallo le regaló la camiseta del equipo: "Es un placer conocerte, a por más". Las risas llegaron cuando enseñó su camiseta de Williot Swedberg, ya que Osky Román fue uno de los aficionados que cazó al sueco en Peinador este verano. "Sabía que era un buen grupo, pero esto no es un sobresaliente, es una matrícula de honor", confesó Óscar tras conocer al equipo.

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